El PSOE está dividido a la hora de elegir al Secretario General y no es para menos pues de nuevo nos hemos enfrentado entre nosotros en la búsqueda de culpables para lo sucedido el año pasado, que sin duda fue grave.

Sin embargo, cuando hablo con los compañeros no detecto ninguna diferencia ideológica profunda entre lo que plantean unos y otros, como tampoco la veo en los programas que nos presentan las tres candidaturas y a las tres he aportado sugerencias, aunque una apele más al ser de izquierdas, otra a la unidad y la tercera a ser ganador.

A los que andamos sobrados de trienios de militancia nos recuerda la estúpida pelea que sostuvimos en Andalucía a finales de los ochenta del pasado siglo entre guerristas y borbollistas que sin duda enmascaraba como ahora una legítima lucha por el poder dentro de nuestra organización y que se resolvió mal, pero se resolvió sin demasiada sangre porque entonces teníamos casi todo el poder político en España, lo contrario de lo que nos ocurre ahora y ya se sabe que el poder es un suave bálsamo para las ambiciones políticas.

Lo que pasó entonces o ahora, pasó; y no conozco a ningún compañero que no sepa repartir bien las responsabilidades entre quienes las tuvieron, pero como ha quedado claro en el debate celebrado el pasado lunes entre los tres candidatos a las primarias, nada vamos a ganar con que Pedro y Susana se echen mutuamente la culpa de lo sucedido como han hecho, tratando de ganar una batalla que nos lleva directamente al suicidio colectivo porque solo está consiguiendo unir medio partido contra el otro medio.

Sobre el fragor de los mutuos reproches entre Susana y Pedro se alzó la voz clara y rotunda de Patxi planteando los retos de futuro que nos esperan a todos y liderando así un debate en el que entró como un tercero sin opciones y protagonizó los pocos momentos en que entre los tres candidatos hubo unidad socialista y los leales y sufridos militantes sabemos que solo unidos podremos volver a ser lo que fuimos.

Cualquier observador imparcial detecta que Susana y Pedro parecen personalmente incompatibles, pero también que ninguno de ellos lo es con Patxi, por lo que un PSOE liderado por él podría fácilmente contar con ambos uniendo a sus respectivos partidarios en un proyecto común participado por la militancia y que si nos parece dividida es porque sus líderes se enfrentan.

Tras lo visto en el debate estoy seguro que los militantes socialistas, solos con nuestra conciencia, votaremos el 21 de mayo a Patxi López si queremos tener de nuevo un PSOE de izquierdas y unido, capaz de ganar electoralmente a la derecha y superar de una vez esta etapa de enfrentamiento cainita en la que nos encontramos.

* Simpatizante de Patxi López