Se denomina pareidolia a un fenómeno de tipo psicológico que consiste en ver caras o figuras de animales u objetos conocidos cuando miramos la forma de las nubes. Dicen los expertos que ello se debe a que el cerebro humano trata siempre de dar sentido, un sentido lógico y ordenado, a lo que percibimos. Ocurre no solo con las nubes. Si, por ejemplo, un profesor dibuja en la pizarra una línea curva y redonda que no se cierre, es decir, cuyos extremos queden abiertos, y pregunta a los alumnos qué es lo que ha dibujado, le responderán casi seguramente que eso es una circunferencia; y no lo es puesto que no se cierra, pero sus cerebros tratarán de dar un nombre lógico y conocido a algo que no es lo que parece. Y si uno muestra una foto antigua, en papel, en la que se vea un paisaje nevado, donde la nieve seguramente habrá adquirido un tinte azulado, el espectador dirá que la ve blanca, aunque en la foto no tenga ese color. La pareidolia se ha extendido al mundo político de manera implacable. En estos días se han llenado las redes sociales de ataques a los políticos en general y al PP en particular con comentarios relativos a la corrupción, haciendo pagar a justos por pecadores y tomando el todo por la parte podrida, en una especie de metonimia, esa precisa sinécdoque que el vulgo la explica maravillosamente mediante aquello de tomar el rábano por las hojas. Y ahora le toca a José Antonio Nieto, una verdadera pena. Nadie en su sano juicio pondría hoy la mano en el fuego por nadie, pero es difícil ver en Nieto a un prevaricador. Lo malo es que se ha instalado, con razón, en la ciudadanía esa pareidolia que hace ver como corruptos, prevaricadores, nepotes, enchufistas, ventajistas, sobre-cogedores y demás variedades del cervantino patio de Monipodio a cualquiera que es señalado por cualquiera, sobre todo si el señalador ya está marcado, destrozándose con ello la base de la justicia que es la presunción de inocencia. Muchos gifs recorren las redes, en uno de ellos alguien busca en una biblioteca el libro El político honrado y lo envían a la sección de Ciencia Ficción: la pareidolia ha venido para quedarse. Mucho tiempo.

* Profesor

@ADiazVillasenor