En unos días nos daremos cita en el 44º Congreso de Parques y Jardines Públicos --PARJAP--, un evento que este año vamos a celebrar en nuestro municipio. Córdoba siempre ha sido consciente de los beneficios ambientales, sociales y económicos que proporcionan los espacios verdes urbanos. De hecho ha ido sumando zonas verdes de manera exponencial a partir del año 2000 hasta contar hoy con casi cinco millones de metros cuadrados de esos espacios y alrededor de ochenta y dos mil árboles.

Nuestro reto es poner las bases para dejar una ciudad mejor, más vivible que la que nos encontramos en 2015, y eso pasa por mitigar el cambio climático, reducir la contaminación y rebajar el nivel de ruido, todos ellos desafíos que se apoyan en seguir favoreciendo las infraestructuras verdes, los corredores de sombra y el apantallamiento vegetal acústico.

En este momento la gestión del 70% de esas zonas es netamente pública y el 30% se realiza mediante contratación privada, algo que no ha variado desde el 2014, si bien es verdad que en el último mandato del PP creció ostensiblemente. Este Gobierno municipal no ha privatizado ni un metro más.

Y como no se puede hablar de las consecuencias sin estudiar las causas, empecemos por el principio. Nuestro país se sumó a los axiomas del capitalismo más feroz hace ya más de 30 años, desde entonces hasta ahora se ha ido conformando un tremendo entramado de leyes y normas, una armadura jurídica que favorece el sector privado y castiga al público.

En la administración local, el cóctel perfecto es la ley de estabilidad presupuestaria, la reforma de la administración local y la tasa de reposición (no podemos sustituir a las personas que se jubilan en su totalidad). Solo tienen que sentarse a esperar a que los trabajadores y trabajadoras públicas se vayan jubilando para que sea materialmente imposible el mantenimiento de lo público y que la única solución sea su privatización. Hay que decir que la estrategia es perversa, pero está perfectamente orquestada.

En este marco jurídico, Parques y Jardines se define como un servicio esencial, o lo que es lo mismo, respecto a la tasa de reposición somos de los «mejor tratados» y, aún así, en 2014 dicha tasa no fue más allá del 10%. En 2015 pasó a ser del 50% y justo en este momento el Gobierno central ha puesto encima de la mesa la posibilidad de que sea un 100% si tuviera los apoyos suficientes para aprobar el presupuesto de este año. Pero, aunque así fuera, el daño ya está hecho porque efecto retroactivo no tiene. Aún así, seguimos resistiendo gracias al enorme esfuerzo que hacen todos los días los trabajadores y trabajadoras del servicio público de la ciudad. Sobre sus hombros pesa un ratio muy superior al recomendable (0,75 ha/persona).

Desde hace tiempo la derecha ha puesto en marcha una verdadera campaña ideológica privado vs público. Primer mensaje: la gestión privada es más eficiente y más barata. Falso, las empresas repercuten en la contratación pública, como es lógico, sus gastos generales, el beneficio industrial y a todas ellas hay que pagarles un 21% de IVA. Un ahorro contante y sonante si se gestiona desde lo público. En realidad la variable con la que abaratan los costes es la mano de obra, y de eso ya se han encargado las dos reformas laborales.

Una vez conseguido ese objetivo, lo fácil fue lanzar el segundo mensaje a la calle: no es que haya que luchar para mejorar las condiciones laborales en las empresas, es que hay que rebajar a los funcionarios y funcionarias los llamados «privilegios», que no son otra cosa que derechos. El tercer mensaje es dar por bueno que en la administración el trabajo diario es más laxo. Los datos demuestran lo contrario, ya que ponen de manifiesto el sobre esfuerzo de jardineros y jardineras de la Unidad Pública de Parques y Jardines.

Desde la responsabilidad que nos compete, vamos a seguir aguantando el envite de este tsunami privatizador porque entendemos que lo público genera trabajo digno y el beneficio se queda del lado de las vecinas y los vecinos cordobeses. Y si tenemos que buscar alternativas innovadoras las pondremos encima de la mesa para debatirlas con sindicatos, así como con trabajadores y trabajadoras públicas, ya que les puedo asegurar que son los que más quieren y cuidan los parques y jardines cordobeses. Ahora nos resta gobernar con la mayor coherencia política posible y eso significa, ni más ni menos, que seguir buscando la fórmula para dar el mejor servicio desde lo público.H

* Delegada de Medio Ambiente e Infraestructuras del Ayuntamiento de Córdoba