Entre tantos y tantos casos de corrupción a los que el PP nos tiene acostumbrados, que Rajoy considera anécdotas, y de inmoralidades sin fin, hay un tipo de actitud que intentan hacer pasar desapercibida, un comportamiento que no es ilegal pero es inmoral, que consiste en actuaciones deshonestas y carentes de ética: una doble y perversa moral que está enraizada en el discurso ideológico de los y las dirigentes del PP.

Un ejemplo de esta doble y perversa moral lo hemos vivido hace unos días cuando la señora Botella (anterior delegada de Servicios Sociales con el PP) criticaba la lista de espera en los centros de servicios sociales municipales, crítica acompañada de descalificaciones, manipulación maliciosa de los datos y aseveraciones falsas en las que no voy a entrar porque no es el objeto de este artículo de opinión y ya hemos contestado y desmontado.

Y digo que es doble y perversa moral porque esta lista de espera, que es muy elevada, además de existir ya cuando ella era la responsable de los servicios sociales municipales, es consecuencia del modelo político neoliberal concretado en la Ley de Reforma Local de 2013 y las Leyes de Presupuestos impuestas por el PP que estrangulan a los ayuntamientos quitándoles competencias que nadie asume, ahogándoles financieramente, poniéndoles muchas dificultades administrativas, normativas y burocráticas para ejecutar el presupuesto y, en el ejemplo del que hablamos, impidiendo contratar a personal a pesar de que este Ayuntamiento ha perdido al menos 200 personas en el mandato del PP. Pero estas cosas no las cuentan...

Es decir, el PP hace leyes y normas para impedir prestar servicios públicos, los municipales en este caso, de manera digna y adecuada para atender los intereses de la ciudadanía, como en este caso con leyes que impiden contratar el personal necesario, incluso llegando a denunciar ante los tribunales (como hizo el subdelegado del Gobierno, también del PP) cuando encontramos resquicios para hacerlo, y luego, aún sabiendo que son sus leyes y normas las que dificultan e impiden la prestación del servicio público nos acusan de que estos servicios no se pueden prestar de forma adecuada por la falta de personal; manda narices...

¿Y por qué hacen esto? Pues hay un fin claro, sustituir el servicio público por una «externalización» privada, más cara para las personas usuarias pero muy rentable para sus amiguetes del IBEX35, y para ello necesitan desacreditar lo público y no escatiman en dificultar su gestión a través de leyes regresivas, recortes y disminución de recursos para intentar generar un estado de opinión que haga más fácil convertir el servicio público en un producto, al que se puede o no tener acceso; los residuos públicos de ese servicio se convierten en algo caritativo, ofertado a la gente sin recursos, de tal modo que no pueda ser exigido un mínimo de calidad, ya que el servicio así ofrecido como una limosna no puede ser cuestionado. Las personas usuarias no podrán quejarse ya que, como ocurre con las limosnas, al menos reciben algo, y algo es siempre mejor que nada.

Este fin, para el PP, justifica los medios sin importar las cuestiones éticas y morales.

Termino esta reflexión con una frase del libro El Prisionero del Cielo (Carlos Ruiz Zafón):

«Un buen mentiroso sabe que la mentira más efectiva es siempre una verdad a la que se le ha sustraído una pieza clave», que resume muy bien este ejemplo de doble y perversa moral del PP.H

* Delegado de Servicios Sociales, Cooperación Internacional y Oficina en Defensa de la Vivienda