La elección del candidato socialista a la presidencia francesa no deparó sorpresas: la segunda vuelta de la primaria abierta confirmó la amplia victoria del candidato de la izquierda del partido, Benoît Hamon, y la derrota del exprimer ministro Manuel Valls, que representa al ala derecha o social-liberal del socialismo. Aunque han podido participar simpatizantes de izquierda con el único requisito de pagar un euro, la primaria se ha asemejado más a una elección interna: ya se sabe que los congresos o las primarias de militantes socialistas se ganan en la izquierda, aunque luego se gobierne a la derecha. El triunfo de Hamon plantea muchos interrogantes porque existe la posibilidad de que los representantes del ala más centrada del PS prefieran al final apoyar al exministro de Economía liberal Emmanuel Macron antes que a su propio candidato, dadas las escasas posibilidades que todas las encuestas conceden al aspirante socialista de pasar a la segunda vuelta del 7 de mayo. A Hamon los sondeos le otorgan el 7%. La primaria socialista, con una participación de la mitad de la que se produjo en la de la derecha, ha quedado oscurecida por las revelaciones, esta semana, de los escándalos que afectan al candidato de Los Republicanos, François Fillon, hasta hace poco favorito en las presidenciales frente a Marine Le Pen. Si finalmente Fillon ha de renunciar a la candidatura, todo cambiará y se abrirán posibilidades inéditas en la carrera al Elíseo.