Es para mí una continua sorpresa. El otro día, en el asiento de un autobús, encontré un papel. Al leerlo pensé que un extraterrestre había venido a observarnos. El papel decía: «¡Pobres humanos! ¡Siempre buscando algo que llaman amor! Misterioso término. Hacen lo que sea por tal de recibir unas migajas. Se buscan desesperadamente, sin descanso, bajo el sol o la lluvia, en la soledad o en el bullicio. Se venden, se sacrifican, se anulan, se angustian, se consumen… Y vuelven a empezar. Son inagotables. Toda la vida. Siempre soñando en atrapar el viento. Lloran, pero vuelven a querer sufrir. Se desesperan, pero vuelven a esperar. Son humillados, pero vuelven a ofrecerse. Son engañados, pero vuelven a creer. Son manipulados; sonríen. Son traicionados; comprenden. Lo que sea con tal de no ser abandonados. Y son abandonados, pero siguen en el sitio. Todos depredadores y todos víctimas. Cada cual parasita y es parasitado. Hazme lo que quieras, que yo te pediré perdón. Hazme daño, que yo siempre me recuperaré. Bórrame, y yo volveré a escribirme para ti. No me hables, pero no me dejes. No vengas, pero no me dejes. No me mires, pero no me dejes. Cógeme y déjame, pero no me dejes. Yo sé que volverás, porque tú sabes que me posees siempre. No te preocupes; yo lo hago todo, yo lo pongo todo, yo lo aguanto todo; pero no me dejes. Ya sé que no me crees cuando te digo que ya no aguanto más, que voy a liberarme, porque yo nunca deseo liberarme. Protesto y lloro, pero sé que te ríes, porque yo vivo en tu reino. Ya sé que soy muy egoísta, por eso te comprendo y te acepto. Tú lo único que tienes que hacer es dejarme que te entregue mi persona. Si me haces daño, yo seré culpable. Puedes hacer lo que quieras con tu vida, porque mi vida es tuya siempre. No necesitas hablarme, ni acariciarme, ni explicarme nada. Yo ya sé vivir así. Lo soporto todo y te comprendo todo. No necesito ningún detalle de cariño ni de respeto. Sólo déjame estar a tu lado. Tú eres todos mis pensamientos, mis actos y mis sueños. Te he dado mi mente y mi tiempo. Por eso soy culpable de todo lo que no viví ni viviré contigo. Perdóname, por favor». Cuando terminé de leer, sonreí para mis adentros. Hice una bola. Al bajar del autobús, tiré el papel a un contenedor de reciclado. ¡Esta vida humana!.

* Escritor