Un gran esfuerzo de los homologados». Así ha calificado el presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba la ardua tarea de la homologación de los centros veterinarios con el objetivo de dar seguridad y ofrecer al consumidor servicios veterinarios clínicos de calidad, fieles al Código Deontológico Profesional y gracias a los conocimientos y formación continua que estos profesionales realizan toda su vida. La misma delegada de la Junta, Rafaela Crespín, tuvo la deferencia de asistir invitada al acto de entrega de placas de homologación y expresar su satisfacción aunque hayan hecho desaparecer la noticia de la web de Presidencia. José Luis Prieto es veterinario, como yo, y se dedica a esa parte de la veterinaria donde se inspeccionan animales muertos para consumo. También es o ha sido veterinario de espectáculos taurinos y publica libros sobre el toro de lidia y tauromaquia, lo que le ha llevado a la vicepresidencia del Colegio para fomentar dichas actividades. Su argumentario en defensa de la fiesta de los toros es decir que en las corridas de toros no hay tortura porque no se acoge a la definición etimológica y que el objetivo de la lidia no es hacer sufrir al toro (él mismo se convence de que taurinos y antitaurinos piensan lo mismo). Continúa con una justificación más propia de un depredador que de un «torista», diciendo que el toro pelea y que huiría si estuviera torturado o sintiera indefenso. Para terminar con la justificación del riesgo al que se someten los matatoros, lo que hay que respetar. Luego viene la coletilla de la tradición, cultura, ecosistema, economía y un vaciado de sesera por parte del taurino Francis Wolf. La Tauromaquia, según la RAE, es el arte y técnica de matar toros; las maniobras de la lidia tienen como objetivo dañar músculos, huesos, nervios y hacer perder sangre y fuerza al animal para que el matatoros pueda con él; el toro es un herbívoro con un comportamiento de presa que si puede y le dejan prefiere huir antes de enfrentarse a un riesgo mayor. Yo soy veterinario y antitaurino y no le consiento me meta en sus opiniones retrógradas sobre cómo se trata al toro en la lidia. Por último, es vergonzoso que veterinarios apoyen y promocionen actos de crueldad con animales puesto que no es ético ni el Código Deontológico lo sostiene. Yo me dedico a curar y salvar vidas de animales y usted a fantasear en una corrida de toros que le perdure en la memoria para su propio beneficio emocional. El gran esfuerzo de los homologados del que he hablado al principio se ve tirado por los suelos ante las conductas protaurinas de los veterinarios porque la sociedad es la que nos vigila y nos da la confianza para cuidar del bienestar y salud de todos los animales.

* Veterinario