La celebración del Día de la Mujer Rural es un buen momento para reflexionar sobre lo que significa el papel de la población femenina en los municipios de Andalucía y su evolución en las últimas décadas. Hoy podemos afirmar que hemos evolucionado desde una sociedad rural con más dificultades respecto a la sociedad urbana, a otra bien distinta donde la igualdad de oportunidades y el desarrollo socioeconómico han sido conseguidos gracias al esfuerzo, iniciativa y empuje de las mujeres rurales que han sido capaces de revertir una situación desfavorable para aprovechar las oportunidades que han llevado a ellas mismas y a nuestros municipios a unas cotas de bienestar inimaginables hace tan solo unos años. Y el camino no ha sido precisamente fácil. Las mujeres de nuestros municipios han sufrido históricamente el retraso secular del mundo rural que ha sido aún más perjudicial para ellas por el hecho precisamente de ser mujeres. Y hoy es una ocasión idónea para reconocer que siempre han estado entregadas a un trabajo duro en muchas ocasiones no reconocido, vinculado al sector primario, mientras han llevado el peso en el cuidado de la familia, los más pequeños, los mayores y las personas dependientes a su cargo. Las mujeres de nuestros pueblos, aldeas y otras entidades locales que salpican nuestra provincia nunca se han rendido y han sido capaces de construir un universo de posibilidades en el ámbito rural que permiten aprovechar al máximo los recursos y potencialidades de nuestra tierra para crear riqueza, empleo, cohesión social, igualdad de oportunidades y dignificar la vida en cualquier rincón de nuestra comunidad. Podemos afirmar taxativamente que las mujeres han transformado nuestros municipios. Su iniciativa ha sido la bandera que han enarbolado para rentabilizar al máximo las oportunidades que se les han brindado. Desde el Gobierno andaluz, hemos diseñado en estos años de autogobierno una serie de políticas encaminadas a favorecer la igualdad de género de manera transversal, en cada acción de gobierno, siendo conscientes de que la perspectiva de género es la única garantía de éxito para crecer como pueblo y ganar el futuro entre todos y todas. La Junta de Andalucía ha desarrollado durante todos estos años una intensa actividad legislativa encaminada a proteger a la mujer y facilitarle las herramientas necesarias. Poco a poco, sin hacer ruido las mujeres rurales se han ganado el derecho a disfrutar de una vida profesional y personal digna, que les permite además conciliar la vida familiar y laboral y compartir con los hombres las responsabilidades familiares. Nuestras mujeres han sabido aprovechar los recursos públicos educativos y de formación, desde la escolarización obligatoria hasta la Universidad o la Formación Profesional, que les han permitido posteriormente tener un espíritu libre y crítico para desarrollar una profesión, en muchos casos, ligada a su territorio y las posibilidades del mismo. Y aquí me gustaría reconocer el empeño de la Juntas en acercar los recursos al territorio por ejemplo con las escuelas de adultos que permiten mayores posibilidades a aquellas que quieren reciclarse y sumarse a la apasionante aventura de la formación y la educación. O con los centros Guadalinfo o Andalucía Compromiso Digital, que acercan de manera sencilla las nuevas tecnologías para evitar la brecha digital. A ello le sumamos que la mujer rural es valiente, emprendedora y tenaz y por eso está llamada a liderar el nuevo tiempo en nuestros municipios. Cada vez son más aquellas que, bajo diferentes fórmulas jurídicas, levantan una empresa o sociedad relacionada con aquellos sectores punteros que en el caso de nuestra provincia abarcan desde la propia agricultura y ganadería, artesanía, el turismo, la cultura, el comercio, el frío, la madera o el medio ambiente, entre otros muchos. Comprometidas con la calidad, la excelencia, la ecología y la creación del mayor número de riqueza, las mujeres rurales son una garantía de que la vida y el futuro en nuestros municipios están asegurados porque su trabajo repercute y se queda directamente en el territorio como una semilla preparada para las generaciones futuras llamadas a liderar el medio rural el día de mañana. Hoy por hoy los municipios del medio rural cuentan con unas infraestructuras educativas, sanitarias, sociales, culturales, tecnológicas y de comunicaciones que los sitúan a la vanguardia de otras comunidades. Y en esa transformación, subyace la mano de las mujeres que son parte activa de esa evolución y a la vez se han beneficiado de cada vez más mayores oportunidades. En un día como hoy, es de justicia reconocer a aquellas mujeres que no tuvieron la oportunidad de desarrollarse plenamente en nuestros pueblos, pero con su voz, su lucha y su ejemplo, pusieron las bases para que generaciones posteriores tomaran el mando de la transformación social de su tierra. Andalucía es sinónimo de ruralidad, nuestra comunidad no se entiende sin el paisaje, la arquitectura y la cultura propias de nuestros municipios. El futuro de nuestra comunidad pasa por apostar por el medio rural, y no hay mayor garantía para preservar su legado que las mujeres que, en igualdad de condiciones que los hombres, sienten y viven esa Andalucía del interior convencidas de que sus manos son el mejor sostén para seguir creciendo y creyendo en nuestra tierra.

*Delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Córdoba