Agosto abre el abanico de las ferias y fiestas de nuestros pueblos, la hora de los encuentros familiares, del ocio colectivo, del abrazo de diversas generaciones en el recuerdo encendido al pasado, al presente y al futuro. Hinojosa del Duque, al igual que otros pueblos de nuestra provincia, celebra estos días su tradicional feria de san Agustín, adelantada unas fechas, al día del que fuera obispo de Hipona, cuya silueta se alza siempre esplendorosa y magnifica, por los contrastes de su vida y su conversión. El pórtico fue el pregón de las fiestas, pronunciado este año por Elisa Jurado Moraño, una mujer que ha dedicado su vida a las tareas docentes, siempre desde la orilla de la innovación y de la inquietud por la formación de los adultos, que plasmó en su etapa de coordinadora del Centro de Educación de Adultos Fernán Caballero, de Hinojosa. Desde el balcón del Ayuntamiento, tras las palabras de presentación del alcalde, Matías González, Elisa realizó un canto a este pueblo que la vio nacer y en el que ha desarrollado permanentemente su trabajo, cercana siempre a situaciones, problemas, afanes e ilusiones, para ofrecer los mejores conocimientos y la más completa formación. Primero, nos ofreció la descripción breve pero intensa de las principales señas de identidad de los hinojoseños, y posteriormente, los principales hitos históricos que han ido marcando nuestro desarrollo en el transcurso de los años, afrontando y superando los problemas más difíciles. Elisa se detuvo en la labor de la mujer, en su deseo de superación, para no perder el ritmo de los tiempos. Fue la palabra de la pregonera, una palabra entusiasta, cercana, sencilla y cordial, vibrante y pausada, convincente y persuasiva, desgranada con viveza y proclamada con un tono festivo, porque anunciaba la feria, pero tambien proclamaba con esperanza un futuro mejor, en la unidad de todos.
* Sacerdote y periodista