Hay que comenzar exponiendo que la LOUA (Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía) se tramita en el año 2001. Coincide con la aprobación definitiva de la Revisión y Adaptación del Plan General de Ordenación Urbana de Córdoba. Desde ese año esa ha sido la referencia sobre la materia urbanística en la comunidad autónoma de Andalucía. ¿Ha sido positiva en su desarrollo en estos últimos quince años? Pues luces y sombras hemos tenido. La LOUA partía de unos supuestos muy rígidos. De que en los suelos no urbanos cualquier vivienda que hubiera, salvo alguna, no estaba reconocida. Primero suelos libres, y posteriormente edificación de viviendas o lo que fuera. Hemos tardado quince años en ver que en Andalucía hay supuestos que no encajan en esta presupuestada situación. Partían de una realidad que no se quería reconocer, que era, que había suelos no urbanizables o urbanizables programados, que tenían un número de viviendas construidas que aplicando las tesis de la LOUA de 2001, era prácticamente imposible su adaptación a la ley. Esto lo podemos demostrar en lo que ha ocurrido en nuestro término municipal de Córdoba. Ni un solo Plan Parcial, además de los que en el Plan de 1986 se incluían como PERI o Planes Especiales, ha sido concluido. ¿ Y porqué no lo han sido?, evidentemente no por la predisposición de los propietarios de esos suelos o viviendas, sino porque era imposible cumplir la rigidez de la norma impuesta para suelos sin vivienda. Eso ha sido un hándicap para resolver cualquier situación. En una explicación sencilla y para que nos enteremos todos, no solo los técnicos que están en el ámbito del urbanismo: la LOUA estaba planificada para suelos libres sin ocupación con una parte importante de propietarios de suelo que pudieran conformar sin problemas una junta de compensación. Con dos o tres grandes propietarios valía para llevar adelante la planificación urbanística; llegando a más del 50% problema resuelto. Y cuando nos encontramos con suelo sin urbanizar, no urbanizable o urbanizable incluso con gran cantidad de viviendas construidas, se aplicaba la misma solución. Un galimatías imposible de legalizar, y, vuelvo a insistir, los parcelistas no son culpables de nada de esto. Solamente no se les integró en la solución de la Norma. Se les abandonó a su suerte y el resultado lo vemos ahora, ni una sola tramitación de Plan Parcial o PERI con viviendas construidas se ha resuelto.

¿Que ha conseguido la modificación que se ha aprobado en el Pleno del Parlamento de Andalucía el 20 de julio con la abstención del Podemos e Izquierda Unida?, pues una cuestión importante, muy importante, el reconocimiento de una realidad que hay que tener en cuenta para resolver una situación no reconocida que arranca en el 2001.

Y en Córdoba ¿cómo se traduce? Pues hay que dar salida a estos suelos, tanto urbanizables, como no urbanizables, para adaptarlos al AFO los que se puedan. Y los que no, que se adapten a lo que se ha aprobado en la modificación de la LOUA. Hay que hacer un texto refundido, en una palabra, una nueva ley, y mientras, en Córdoba, poner a trabajar a la Gerencia de Urbanismo, a sus técnicos en una actitud interpretativa a la nueva LOUA, y resolver de una vez un problema que tenía que haber estado resuelto hace muchos años. Desde hace tiempo vengo exponiendo en diversos foros y mesas, que la solución no es la misma para todos los parcelistas. Cada uno tiene una posible adaptación a la norma, y cada uno tendrá una salida. Esto no quiere decir que se cambie la clasificación del suelo de no urbanizable a urbanizable. Habrá mejoras del medio con proyectos de urbanización blandos sin cambiar suelo, y sobre todo hay que cambiar parte de los suelos de especial protección como los de la Vega y la Sierra. Esto debe abrir un debate amplio en la ciudad, y ya ha llegado el momento de resolverlo. La ciudadanía que vive en estas viviendas deben acceder a servicios básicos. El PSOE está por la labor. ¿Lo están todos?

* Tercer teniente alcalde de Seguridad, Vía Pública y Gestión. Miembro del Consejo Rector de la GMU por el grupo del PSOE