El escrutinio provisional indica que no es posible un «acuerdo de gobierno de cambio y progreso» que desaloje a Rajoy de la Moncloa porque este ha mejorado notablemente sus resultados, Rivera ha perdido 8 escaños y no creo que le queden ganas de apoyar a un gobierno presidido por el PSOE, que ha mejorado ligeramente en porcentaje de voto pasando del 22,01% al 22,69% pero ha bajado de 90 a 85 escaños y tiene a su izquierda un conglomerado complejo que defiende como condición para pactar «el derecho a decidir» de los ciudadanos de cada una de sus comunidades autónomas.

El gobierno de progreso que hubiera sido posible en marzo si Podemos hubiera apoyado al pacto PSOE-Ciudadanos sumando un total de 202 escaños o si al menos se hubiera abstenido ahora es casi imposible con la nueva aritmética parlamentaria. Pablo Iglesias debe dimitir porque ha fracasado en su delirio anguitiano de ganar al PSOE con un conglomerado inestable que ha empeorado los resultados de las elecciones de diciembre del conjunto de las fuerzas que aglutina pues ha bajado del 24,36% al 21,12% y con el mismo número de escaños, 71.

La secular fragmentación de la izquierda y el infantilismo de parte de sus líderes hace imposible un acuerdo de gobierno transversal presidido por el PSOE con la ayuda de Ciudadanos y Unidos Podemos que contaría con 199 escaños y que serviría para desalojar al PP y mejorar la vida de la mayoría de los españoles, porque antes hay que hacer un referéndum en Cataluña y luego en Euskadi, Galicia, Baleares y Valencia que es la condición exigida por «las confluencias» del conglomerado UP, lo que es totalmente inaceptable tanto para el PSOE como para Ciudadanos.

El gran triunfador ha sido Izquierda Unida, que escondiendo sus siglas y su historia ha pasado de tener 2 escaños a 6 y si a ello le sumamos los 5 obtenidos por sus partidos hermanos de Valencia y Cataluña han recuperado los 11 que obtuvieron en 2011, para que digan que Garzón fue torpe negociando.

Un buen repaso merecen algunos medios «progresistas» que con ayuda de «profesionales» han alimentado el sueño de Podemos y cocinado encuestas que sólo servían para asustar al electorado conservador que se ha concentrado en el PP destruyendo por ahora la esperanza de un partido liberal como Ciudadanos.

El viejo PSOE, tras dos meses de lucha y contra todo pronóstico sigue siendo el primer partido de la izquierda, sencillamente porque Pedro Sánchez, Susana Díaz y sus militantes nunca se rindieron. Son unos malos resultados, pero sin el PSOE no hay salida al laberinto español y de eso debemos hablar los socialistas más pronto que tarde en nuestro Congreso Federal.

Por el bien de los españoles nuestras opciones son liderar un improbable gobierno transversal o permitir otra combinación a nuestra derecha, todo antes que repetir elecciones. Esto es todo lo que ha conseguido Iglesias y su grupo, conducir al precipicio a los jóvenes descontentos que creyeron en su delirio de «asaltar el cielo». Otra vez será... H

* Profesor jubilado de la UCO y militante del PSOE