Desde hace ya varios años, Córdoba sigue estancada dentro del conjunto de ciudades organizadoras de congresos, pues a la falta de infraestructuras, ya conocida por la mayoría de la ciudadanía cordobesa, se une la falta de promoción y captación de eventos.

A finales del 2014, la Asociación de Organizadores de Congresos, publicaba un estudio-informe sobre el turismo de reuniones en la ciudad de Córdoba. En dicho estudio, y con una gran dosis de optimismo en ese tiempo, incidíamos en la importancia de situarse de una forma competitiva en el mercado, para ello, hacíamos hincapié en los siguientes aspectos: Participación de mercado, que indica la proporción estimada de mercado que ostenta Córdoba con respecto al mercado español o internacional; calidad del producto, consistente en valorar la adecuación del producto turístico de reuniones actual de Córdoba a los estándares de calidad demandados por el mercado en cuestión; e imagen del destino, referido a las percepciones que tienen los consumidores sobre la ciudad como destino MICE.

Estos razonamientos sobre la composición competitiva en el marcado debían ir unidos a una estrategia de posicionamiento que definiera la manera en que un destino desea ser percibido por sus públicos objetivos. Así, el referido estudio se planteaba sobre tres elementos claves a tener en cuenta para definir el posicionamiento: El destino, el consumidor y la competencia.

De esta manera, la matriz de posicionamiento, teniendo en cuenta estos aspectos, reflejaría la siguiente situación: Sevilla era la ciudad con un mayor potencial y posición competitiva, seguida de Salamanca, Granada, Córdoba y finalmente Toledo.

En relación al turismo MICE, Córdoba presentaba un potencial medio principalmente por su notoriedad como destino urbano de interior de calidad con una importante oferta patrimonial, cultural y gastronómica. Es decir, se reconocía que la ciudad de Córdoba disponía de recursos, productos y potencialidades suficientes como para estructurar una oferta turística altamente competitiva, equivalente, como mínimo, a la de Granada y más potente que la de Salamanca y Toledo.

Pero los tiempos han cambiado, las oportunidades pasan y las «irresponsabilidades compartidas» han hecho que esas potencialidades, que veíamos tan cercanas, se hayan traducido en una situación que podemos tildar de catastrófica a la vista de los hechos acontecidos durante los años 2014, 2015 y primer semestre de 2016.

A los hechos me remito, y en este caso concreto, la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA) ha hecho público su ranking anual con record histórico de reuniones de asociaciones de todo el mundo en 2015, que ha supuesto un 5% más que el año anterior. En el ranking de países, España ocupa la cuarta posición. Respecto a las ciudades, Barcelona y Madrid se sitúan en tercera y quinta posición respectivamente. La ICCA recoge también la organización de congresos de asociaciones internacionales en otras ciudades españolas, por ejemplo, Valencia aparece la número 73 con 35 reuniones, Sevilla en la posición 100 con 27, Bilbao en el puesto 126 con 20, Málaga y San Sebastián en la posición 148 con 17, Granada en el puesto 254 con 9, Santiago de Compostela en la posición 276 con 8, Toledo en el puesto 335 con 6 y La Coruña, Alicante y Córdoba en la posición 373 con 5.

Estos datos, entendemos, son evidentemente significativos y nos indican a todas luces que también estamos perdiendo posicionamiento internacionalmente.

Desde la Asociación de Organizadores de Congresos, que me honro presidir, se está terminando un estudio-informe sobre la pérdida de oportunidades económicas de la ciudad de Córdoba por la falta de infraestructuras para la industria congresual, ya que somos conscientes de la importancia del sector MICE en la economía de Córdoba y su provincia, y teniendo en cuenta que el sector médico ha generado el 16,6 % de las reuniones realizadas, nos aliamos con la inquietud que días pasados manifestaban los gerentes de hospitales como Reina Sofía, San Juan de Dios, Clínica Oftalmológica y Cruz Roja, por la falta de espacios para la realización de congresos.

Desde aquí un llamamiento, para que la sociedad civil, manifieste su preocupación y malestar por las actuaciones de todos aquellos, que nos han llevado a esta falta de infraestructuras, que tan negativamente está afectando a la economía de nuestra ciudad.

* Presidente de la Asociación de Organizadores de Congresos de Córdoba