El Toboso. Querido Alonso:

¿Sabes que nos hemos convertido en seres inmortales? ¿Has tenido conocimiento de los homenajes y actos que se han celebrado en nuestro nombre durante el s. XXI? ¿Se sorprendería nuestro padre Miguel de que su hijo y yo misma llegásemos a ser más reales que él mismo? Pero claro, estas son cosas que tú, desde tu permanente encierro en las fragosidades de Sierra Morena, desde tu humildad de espíritu, desde tu saber callar y observar, recibes con paciencia y modestia. Y porque sé que vives y conservas tus ideales, es por lo que te escribo esta carta. De nuevo te necesito, de nuevo se hace necesario desfacer un entuerto y, además, te confieso que estoy muy dolida.

Alonso, se han olvidado de mí.

Te veo a ti y a tu buen amigo y escudero Sancho por todas partes. En los caminos, en las carreteras, en los cruces, en las ventas a las que hoy llaman hoteles y en las más variopintas cosas. Tu figura, a la que tanto admiro, enaltece el lugar en el que se encuentra. Pero ¿y yo? ¿Dónde estoy?

¿Acaso no soy importante? ¿Acaso no merezco estar a tu vera?

Que recuerde, ni una sola vez me han puesto a tu lado. Bueno, ni a tu lado ni en otro lugar.

Unicamente me recuerdan en mi pueblo. Allí tengo mi casa, con mi gente alrededor para el que quiera visitarme, pero poca gente lo hace.

¿Sabes cuanto daría por verme a tu lado?

Sí, tú en el centro, a tu izquierda Sancho, y a tu derecha yo. ¿Acaso no quedaría esa representación mucho más completa? Y así, cada vez que el viajero viese uno de los numerosísimos carteles que indican los caminos de nuestra querida Mancha y nos viese a los tres juntos podría decir:

--Ahora sí, ahora está don Quijote debidamente representado. Ahora está completo.

¿Acaso puede concebirse tu figura sin la mía? ¿Acaso no existes por mí y para mí? ¿Acaso puede entenderse Romeo sin Julieta? ¿Por qué entonces nos quieren separar? ¿Por qué los organizadores de los eventos no me tienen en cuenta? ¿Creen que no lo merezco? ¿Piensan que una princesa puede estar en segundo plano? ¿Por qué solo reflejan tu realidad y la de Sancho y no la mía?

Es claro que se han olvidado de mí. Y tú, amado Alonso, pienso que debes corregir ese agravio.

Quiero que te persones de alguna manera en este siglo, en este año de 2016, y tomes cumplida venganza de los malandrines que han postergado a tu amada. Medios no te faltan. Tú que fuiste capaz de convertir los molinos de viento en gigantes.

Y de alguna manera los obligues a rectificar, a pedir perdón, a que corrijan tantas y tantas presencias tuyas, bien en solitario, bien con Sancho, pero nunca conmigo, a tu lado. Deben saber que como en tantas parejas de amantes nunca se presenta a él sin ella, o a ella sin él. Y así ocuparé mi sitio en todos los cruces de caminos, en libros, en tantos soportes mediáticos como se utilizan hoy para transmitir mensajes. Y no seré olvidada, y estaré a tu lado, que es lo que quiero y deseo, por siempre y para siempre.

Me despido. Quisiera inundarte de besos y abrazos. De caricias sin fin de las que tan escaso estuviste, para compensarte, para quererte como lo hacen las parejas de amantes.

Tuya por la eternidad. Dulcinea de Toboso.

* Escritor