El Señor Rajoy no deja de sorprendernos con su falta de respeto por las instituciones, por los tiempos de los procedimientos democráticos, y por la ciudadanía en general. Después de llevar meses de retiro ascético y arriolista, le han entrado las urgencias. Pero vayamos por partes.

En primer lugar, le faltó al respeto al Rey, pues aun desconociendo el contenido de su privada conversación en aquella primera ronda de consultas, lo cierto es que nunca debió dar lugar a ningún equívoco y permitir que Felipe VI le propusiera como candidato para, acto seguido, declinar el "ofrecimiento" según él, y "mandato" según interpretamos otros. Así comenzó su retiro, un tiempo en el que presidente y ministros han rehusado comparecer ante el Congreso para que pudiéramos ejercer la función de control al Gobierno, salvo a petición propia. Es decir, lucirse está bien, pero dar explicaciones a la ciudadanía sobre cuestiones peliagudas, no. Este retiro lo han hecho extensivo también a los plenos del Congreso, a los que únicamente se asistían para votar, y si lo hacían. Con este proceder, han faltado al respeto al poder legislativo, al Parlamento, y por extensión a todos los ciudadanos que con sus votos eligieron diputados y senadores para que, entre otras funciones, realizáramos la de control al gobierno que no nos han permitido.

Durante este tiempo, huelga decir que Rajoy no ha intentado participar en la conformación de Gobierno, pese a proponérsele infinitas veces que dejara reunirse a los equipos negociadores en busca de acuerdos sobre contenidos, dejando de primeras a un lado la cuestión de quién debía presidir. En el peor de los casos, algo habríamos ido adelantado para después, digo yo...

Y ahora, nos sorprende viniendo a Córdoba el pasado fin de semana, para iniciar su precampaña electoral, volviendo a mostrar su falta de respeto por el Rey, que ha celebrado esta semana una nueva ronda de consultas, y a los tiempos y procedimientos democráticos establecidos para comunicar si existe un candidato a la investidura o se procede a la disolución de las cortes. El se anticipa, y da el pistoletazo de salida a su campaña electoral. Y en el colmo de la desfachatez, apelando ante los cordobeses- ¡al voto útil!

Por favor, Señor Rajoy, explíquenos: ¿qué utilidad hay en votarle para que usted no acepte después ser candidato? ¿para que usted no permita que el Partido Popular dialogue con ninguna fuerza del arco parlamentario? ¿para que usted impida el funcionamiento normal del Congreso? ¿para que usted se enroque anhelando una mayoría absoluta que, de momento, no va a volver? Y ¿para que usted siga mudo y ciego ante los casos de corrupción que aquejan su partido?

Sinceramente, espero que en lo sucesivo, haga honor a sus votantes y actúe con responsabilidad, o al menos actúe, dimita o haga algo...

* Diputado en Cortes de C's por

Córdoba