No me lo merezco". Son las primeras palabras que me dijo el doctor Angel Salvatierra, el pasado día 28 de febrero, cuando recibió el título de Hijo Predilecto de Andalucía. Al tiempo que escuchaba la humildad del prestigioso especialista en trasplantes, pensé que sí que lo merecía porque los andaluces estamos agradecidos y honrados del esfuerzo ejemplar de todos los profesionales de nuestro sistema sanitario público.

Hace 40 años en Córdoba estrenábamos el hospital en el que trabaja Angel, el "Reina Sofía", un magnífico edificio dotado de nuevos medios para atender numerosas especialidades y que nos ha hecho grandes en asistencia, docencia e investigación. Pero, siendo importante su construcción, lo fundamental son los profesionales que trabajan allí y que han seguido el espíritu de entrega, coraje y buen hacer en favor de los pacientes que expresó el gran médico y filósofo cordobés Maimónides en su libro Guía de los Perplejos : "La medicina es una ciencia sumamente necesaria al hombre en todo lugar y en toda época; no solamente en caso de enfermedad sino también en estado de salud".

En Andalucía estamos haciendo realidad el dicho de que "la salud es lo primero" por el esfuerzo sin precedentes realizado para situar el sistema de salud público a la cabeza de la excelencia. La sanidad pública es la "joya de la corona" del Estado de Bienestar y es un instrumento capaz de garantizar la igualdad para que todos los ciudadanos, sin distinción, puedan acceder a la atención sanitaria de calidad.

Con ese espíritu comenzó su andadura el Reina Sofía, un hospital profesional --en el que se han hecho grandes cosas que han situado a Córdoba a la vanguardia, como por ejemplo en trasplantes que salvan vidas--, y un hospital humano, porque desde el inicio no ha descuidado la atención ni los gestos humanos que tanto reconfortan a pacientes y familiares.

Dentro del programa de donación--trasplante de órganos y tejidos, en el que es referente nacional e internacional, se ha llevado a cabo el primer trasplante cardiaco al bebé más pequeño de España --8 días--; el primer trasplante hepático de donante vivo de Andalucía; el primer trasplante de Europa triple de hígado, páncreas y riñón; y uno de los primeros trasplantes hepáticos de donante vivo de abuela a nieto, por poner sólo algunos ejemplos.

A lo largo de estos años, el hospital ha sido pionero en la introducción de la cirugía laparoscópica, el uso del corazón artificial, el empleo de la terapia celular en cardiología y pie diabético y también destaca la reciente participación de los cirujanos en el primer robot quirúrgico hecho en España con visión 3D. Por eso, el Reina Sofía es un hospital con futuro que cuenta con un equipo de un gran bagaje intelectual y que quiere seguir avanzando en investigación médica, para prevenir y para curar.

Más de un millón de intervenciones quirúrgicas; 1,6 millones de ingresos hospitalarios, unos 17,5 millones de atenciones en consultas y casi 6 millones de episodios en Urgencias reflejan las cuatro décadas de funcionamiento y su actividad asistencial del hospital y numerosas especialidades nacieron con el mismo sello de excelencia que los trasplantes como la cardiología intervencionista, la cirugía cardiovascular o los tratamientos pioneros en oncología.

En Córdoba, muy pronto, el Reina Sofía se hizo de la ciudad, hasta el punto que momentos de dolor en Córdoba se convirtieron en hechos de generosidad como se puso de manifiesto en el año 1981 cuando se hizo un llamamiento a donación de sangre, y la respuesta de la población fue "espectacular". De hecho, en Córdoba se han alcanzado cifras históricas en donación --70 donantes por millón de población en 2009 y 64,1 donantes por millón de población en 2015--.

Hoy, 40 años después, quiero poner en valor el sentido de pertenencia y orgullo que todos los cordobeses sentimos por nuestro hospital.

Cuando di la enhorabuena a Angel Salvatierra, se vinieron a mi mente muchas imágenes de los 40 años de vida del Reina Sofía, las sonrisas de la familia tras los nacimientos de mis tres hijos y también alguna lágrima. Y sobre todo, la sensación de que siempre que hemos acudido al hospital tengo la seguridad de que estamos en las mejores manos, las manos de excelentes profesionales.

* Presidente del Parlamento de Andalucía