Hoy, todos con Juanjo, el obispo de Bangassou. Naturalmente, todos los que conocen su Fundación, admiran su labor, se preocupan por los más pobres y desamparados, allende los mares, y respetando el ancho campo de las libertades humanas, quieren participar, en la comida benéfica, organizada por la Fundación Bangassou, en el Circulo de la Amistad, para ayudar al misionero cordobés en el proyecto que se financia este año: Cooperativa para madres solteras . La fórmula es tan sencilla como fructífera: un donativo, un saludo, un encuentro con monseñor Juan José Aguirre --aunque el titulo de monseñor queda eclipsado y sustituido por el de evangelizador y misionero en primera línea--, y, todo ello, naturalmente, en un clima de convivencia fraternal y horizontes de grandeza. Lejos de su Córdoba y de su gente, Juanjo, cada día da lo más preciado que un hombre puede tener: sus ideas y su tiempo, con el único objetivo de evangelizar y ayudar a los más pobres. Con la ayuda de instituciones públicas y privadas ha construido varios hospitales entre los que se encuentra el Buen Samaritano, capaz de ofrecer asistencia a embarazadas, enfermos de Sida, e incluso realizar operaciones quirúrgicas. "Todos estos proyectos los hemos puesto en las manos de Dios para que El les dé el Espíritu que los animará a través del apostolado y de la fe", nos dice el obispo. Guarda en su corazón el recuerdo de la visita del Papa Francisco, que se pateó el campo de desplazados de arriba a abajo, sonriendo a las madres, acariciando a los niños. Gracias, querido padre y pastor de tu grey, tan cercano siempre y con una mirada de afecto para todos los que se acercan a saludarte por nuestras calles, porque, como bien dices, "quien no es capaz de entender una mirada o una sonrisa, no podrá entender nunca una larga explicación". Hoy, todos con Juanjo, alentando su labor.

* Sacerdote y periodista