El proyecto de Presupuesto del Ayuntamiento de Córdoba para 2016 abre una etapa presidida por las promesas de cambio de unos dirigentes marcados por el sectarismo ideológico y la revisión de proyectos estratégicos importantes para la ciudad.

Después de cuatro años, vuelven al presente las viejas recetas basadas en la subida de las ordenanzas fiscales; aumento de la deuda para incrementar el gasto corriente y menos inversiones. Se rompe con la hoja de ruta iniciada en la anterior legislatura, abandonando el equilibrio presupuestario --tras muchos sacrificios por parte de todos--. Se rompe fijar como prioridad el empleo, el desarrollo industrial como fundamento del crecimiento económico, el equilibrio de los barrios o la dotación de equipamientos e infraestructuras estratégicas que permitan seguir avanzando.

Estamos ante un proyecto de presupuestos que no genera confianza en una sociedad que necesita ser más protagonista y competitiva. Porque estas nuevas cuentas inician preocupantes tendencias de gasto con excesivas servidumbres. Pues lejos de preocuparse por las personas y encarar los problemas reales mirando por cada euro que se gasta, el gobierno municipal basa su acción en frases hechas, en una política de símbolos y gestos que tienden a dividir más a una sociedad que está harta de enfrentamientos y debates estériles.

En las distintas propuestas planteadas por el cogobierno sobran ocurrencias y falta coherencia, se priman unas acciones y se abandonan otras sin criterios razonables, junto al rechazo de la colaboración publico--privada como fórmula de gestión eficiente de los recursos públicos.

El proyecto de presupuestos ha resultado ser un fiasco al confirmase que la situación de la deuda viva al cierre del ejercicio de 2015 supera el límite establecido en el Plan de Saneamiento Financiero y Reducción de la Deuda 2013--2018. Según los cálculos reflejados en la documentación del presupuesto, el Ayuntamiento no podrá concertar a día de hoy nuevas operaciones de crédito a largo plazo para la financiación de inversiones, ya que el volumen total del capital vivo excede de los porcentajes establecidos en el citado plan de reducción de la deuda. En consecuencia, todas las inversiones contempladas en la operación de endeudamiento de 11.500.000 euros no podrán realizarse, ya que la operación de préstamo proyectada exige según Acuerdo de Pleno sobre Plan para le reducción de la deuda vigente, además de ahorro positivo cumplir con los compromisos de endeudamiento fijados en el escenario 2013-2018. Para colmo, los ingresos procedentes de la Junta de Andalucía para servicios sociales no están suficientemente acreditados.

Lejos del entusiasmo que pudiera provocar el tripartito con el autoproclamado Ayuntamiento del Cambio, pocos ocultan hoy su frustración ante tanta exhibición de la nada y la ausencia de gestión para abordar los problemas reales y dar respuesta a las exigencias de unos tiempos tan convulsos como inciertos.

* Concejal del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Córdoba