A propósito de España, el 23 de enero se cumplieron 500 años del fallecimiento en Madrigalejo (Cáceres) de Fernando, rey de Aragón, denominado El Católico, que como quinto de ese nombre sería rey de Castilla, como también lo fue de Nápoles, como Fernando III, e igualmente de Sicilia, además de regente de la corona castellana, tras la inhabilitación de su heredera e hija Juana y con la muerte de su consorte, Felipe I de Castilla, llamado El Hermoso. Al morir el castellano infante Alfonso, Isabel fue reconocida por la mayoría de la nobleza de Castilla no solo infanta sino heredera del reino, cuya corona asumía entonces su hermano paterno Enrique IV. Mas seguidamente el empeño de Juan II de Aragón para unir ese su reino y el castellano ultimó fructificando en la unión matrimonial de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, en octubre de 1469, en Valladolid, no sin que en parte por ello se iniciara una conflagración civil entre los defensores isabelinos y los partidarios de la hija de Enrique, llamada Juana, La Beltraneja, con el apoyo y valimiento portugués, que cerró el Tratado de Alcazovas. Pero la unión de los reinos aragonés y castellano económica, política y jurídicamente tuvo sus grandes complicaciones, si bien al cabo resueltas. En 1492 se uniría al reino de España el sultanato de Granada, último bastión islámico en la península. Finalmente, en 1512 las tropas del duque de Alba incorporaron el reino de Navarra, comprometido ante el rey Fernando, no obstante la unión se haría definitiva en 1524, reinando el emperador Carlos I.

* Licenciado en Derecho