Uno de los mayores errores de la sociedad actual es la poca concienciación tanto institucional como popular sobre el cuido del medio ambiente y en especial de lo más maravilloso y elegante que puebla el universo: los vegetales. La gente no acaba de meterse en los genes que las plantas aspiran anhídrido carbónico y expulsan oxígeno y que ello parece exclusivamente realizado para que todos los demás seres vivos inferiores podamos seguir viviendo en este planeta que más que azul, es verde esperanza. Esta reacción química es la base de todo y sorprendentemente la última vez que lo escuchamos es en los cursos de primaria y se acabó. Lo mismo que se protege jurídicamente al máximo nivel a la infancia y a la mujer, así mismo habría que proteger a los árboles porque de ellos depende que continúe la historia del ser humano. Y la educación en valores vegetales debería ser más importante que las elecciones mismas (poco he visto u oído sobre el ecosistema en los partidos políticos). Cualquier atentado contra las plantas debe ser un delito contra la Salud Pública, pero cuidado, no contra la Salud Pública de las personas sino de los vegetales en sí mismos considerados. Sin embargo todos los días demostramos cuan lejos estamos de llamarnos civilizados cuando tan mal tratamos a ellos, que son nuestros padres porque nos dieron la vida. Y hasta la navidad humana se ceba con ellos haciéndoles un daño irreparable enredando miles de cables de bombillas en las ramas y hojas callejeras y encima durante la noche, precisamente cuando descansan tras haber trabajado por nosotros de sol a sol.

* Abogado