El municipio de Roquetas de Mar, en Almería, ha pasado en apenas unos días de la alegría a una tensa calma cercana a la violencia. Tras venderse allí íntegramente el Gordo de la Lotería de Navidad, y llevar la tranquilidad a tantas familias, la muerte de un varón de 41 años, originario de Guinea Bissau, apuñalado durante una discusión de tráfico, sembró de fuegos y de altercados --al parecer entre inmigrantes subsaharianos y vecinos de etnia gitana-- la paz navideña de este pueblo.