La renta básica (RB) se define como el derecho de todo ciudadano y residente acreditado a percibir una cantidad periódica que cubra, al menos, las necesidades vitales sin que por ello deba contraprestación alguna. La llamada "Renta Básica", aplicada en forma de ayudas a sectores concretos de la sociedad, se inscribe dentro de los mecanismos de redistribución de la renta encaminados a la eliminación de la pobreza. La RB mejoraría la situación de las personas con un nivel adquisitivo bajo. Se evitaría, o al menos dificultaría, la desvalorización de nuestra capacidad de trabajo. Nadie se vería obligado a aceptar condiciones deplorables porque no estaría obligado por la necesidad. Los trabajos desagradables serían mejor pagados. Los trabajadores estarían en mejores condiciones para negociar los contratos de trabajo. Eticamente, la RB ha sido justificada por sus defensores referida al problema de la libertad individual pues una sociedad realmente libre es aquella en que cada persona cuenta con la mayor oportunidad de autogobierno posible para hacer cualquier cosa que pudiera querer hacer, ello define una sociedad realmente libre, y no solo formal.

La justificación de la noción de la libertad como autogobierno, el núcleo básico de esta noción de libertad, es la tesis que afirma que aquel que no dispone de una base material suficiente para garantizarse una existencia social autónoma tendrá que sobrevivir pidiendo permiso a terceras personas y se verá en mayor o menor medida sometido a la voluntad de éstas. El autogobierno de aquellos que no disponen de esta base material es, pues, imposible. Todo el mundo debe ser libre, y por ello mismo todo el mundo debe tener derecho a una base material mínima que garantice su derecho a la existencia y, por tanto, a la libertad. La RB sería esa base material mínima, como derivación natural de un fundamentado derecho universal a la propiedad privada, esto es, la idea de que a toda persona debe reconocérsele un cierto derecho de propiedad sobre determinada porción de riqueza , equivalente a la de los demás contemporáneos. Por otra parte en la medida que vivimos en una sociedad basada en el conocimiento, el saber y la cooperación, es necesario pensar una forma de distribución de la renta que no pase por el mero salario. Si la producción es cada vez más social entonces la remuneración por el trabajo tiene que ser social, tiene que pasar por la distribución de la renta y no de un simple salario vinculado a una actividad concreta de trabajo. Así, como derecho económico. se convierte en el eje fundamental del desarrollo sostenible. Esto ha de ser el test de evaluación de un gobierno democrático que mide sus resultados en si, con todo su quehacer, ha logrado incluir y rescatar personas en aras de la libertad.

* Licenciado en Ciencias Religiosas