Los cordobeses de los pueblos de la provincia miramos con plena satisfacción el augey el crecimiento constante del turismo cordobés. Aunque parezca difícil de creer, son muchos los habitantes de esta provincia que no conocen personalmente su patrimonio histórico y artístico. En todo caso, mantienen viejos recuerdos poco fiables de su etapa escolar.

No es que exista un desconocimiento generalizado, aunque sí numeroso. Entiendo que la favorable situación del sector no es fruto del azar, ni de una situación coyuntural imprevista, es, sin duda, el resultado del esfuerzo y de los conocimientos y las técnicas para la rentabilización de los recursos patrimoniales. Las cifras hablan por sí solas de este resurgimiento de Córdoba que acaba con el viejo tópico lorquiano de la "Córdoba lejana y sola...". Muy al contrario, las calles bullen de visitantes que acuden indefectiblemente a este emporio de historia y arte, presidido por la Mezquita. El espacio es tan amplio que la voz se pierde en este oasis de palmeras, donde podrían orar al Dios único, cristianos y musulmanes.

La ciudad es monumental. Nadie puede imaginarlo si no la visita personalmente. También es preciso descubrir la Córdoba íntima en el apretado caserío que acoge los patios y las callejuelas, cargados de primavera todo el año.

Pues bien, los pueblos de esta provincia no pueden estar ajenos a esta eclosión del turismo que puede suponer un factor muy positivo de cara al desarrollo económico.

Ojalá no faltara una partida en el presupuesto de cada pueblo para comprar ideas. Que los municipios de la Campiña Sur comprendan que no se puede caminar en solitario, ni que vivamos de espaldas a esta realidad. Y no volcarnos en lo que nos gusta a nosotros, sino en lo que interesa a nuestros visitantes. Así podremos dar a conocer nuestra tierra aprovechando el auge cordobés y abriendo de una vez por todas nuestras puertas herméticamente abiertas pero impracticables, hasta ahora.

* Maestro