Octubre viene siendo tradicionalmente un mes negativo para el empleo. En esta ocasión, no ha sido así, al menos en Córdoba. El pasado mes tuvimos en nuestra provincia 3.401 desempleados menos que en octubre de 2014. Es un dato positivo, que duda cabe, al margen de la mejora que supone con respecto al número de parados que se han sumado a los ya existentes en Andalucía y España. Yo destacaría dos sumandos más en nuestra provincia: por un lado, la afiliación a la Seguridad Social, que muestra una mejora de nuestro mercado de trabajo: 4.446 más afiliados que en octubre de 2014. Y, por otro, el comportamiento del sector industrial, restando éste el mayor número de parados.

¿Se trata, una vez más, de una coyuntura directamente relacionada con la estacionalidad de las campañas agrícolas? Puede ser. La verdad es que nuestro mercado de trabajo está enfermo desde hace tiempo. El diagnóstico parece claro: entre otras cuestiones, adolece de la suficiente flexibilidad y le sobran los obstáculos. En definitiva, el empleo, su mantenimiento y generación, es una prioridad compartida por todos, pero quienes tienen que tomar medidas para favorecerlo no lo hacen, o al menos con la suficiente intensidad para corregir un tratamiento paliativo, que a todas luces es insuficiente. Una sociedad avanzada, como se le supone a la nuestra, no puede soportar unas cifras de desempleo como las que nos viene acompañando desde hace años.

Más empresas y de mayor tamaño. Y más y mejor cualificación en el empleo. Eso es lo que necesitamos. Todo ello bajo el paraguas de una actividad económica orientada a incentivar el desarrollo de actividades productivas vinculadas, sobre todo, a la industria. ¿Por qué? Es la industria la que genera empleo cualificado, de larga duración y bien remunerado.

Que duda cabe que hay sectores que nos están ayudando a salir de la crisis. Están creando empleo. Este hecho, aunque es una buena noticia, nos preocupa ya que son los sectores más temporales de la economía los más dinámicos en este momento, lo que significa que buena parte de los contratados tienen fecha de finalización. Por supuesto que habría que convivir con ellos, pero dirigiendo un mayor esfuerzo sobre aquellos que dan continuidad al empleo.

Se trata de que avancemos en su recuperación y en este proceso hay que contar, sí o sí, con las empresas. Para ello seguimos demandando medidas de flexibilidad, de impulso de la actividad económica y de mejora del marco normativo, que contribuyan a aumentar la competitividad de nuestra economía y a la recuperación del empleo de forma sostenida. También es importante continuar dotando a las empresas de financiación y evitar que las cargas administrativas y el incremento de los costes laborales obstaculicen la actividad empresarial.

* Presidente de CECO