Esto no pretende ser un panegírico ad usum , ni mucho menos, ni una visión edulcorada de un personaje popular que fue alcalde de Montilla durante tres mandatos municipales consecutivos. Desde 1995 hasta 2007. Es simplemente una reflexión en voz alta sobre la figura y la obra de Antonio Carpio Quintero. Montillano, como el que más, a pesar de haber nacido en Castro del Río. Ahora, libre ya de divergencias políticas y de dependencias ideológicas, es posible fijar la atención en este hombre sencillo que trabajó intensamente por este pueblo, dignificando el papel de la Alcaldía y luchando activamente por el bienestar de los ciudadanos.

Carpio asumió la presidencia de la Corporación Municipal con el compromiso de ser el alcalde de todos y así lo hizo durante el largo periodo en el que estuvo al frente del ejecutivo municipal. Muchos paisanos han elogiado su carácter abierto, cercano y respetuoso. Su despacho era una "corte de los milagros", atestado siempre de gente necesitada y con verdaderos problemas.

Falleció el 19 de julio, en pleno periodo vacacional, por lo que muchos paisanos se encontraban ausentes. Incluso los medios de comunicación, con algunas excepciones, no reflejaron con la amplitud que merece la pérdida de Antonio. Un alcalde que dijo sentirse más satisfecho que si lo hubieron elegido presidente de los Estados Unidos de América. Esas fueron sus primeras palabras al conocer la victoria aplastante de IU-CA en las municipales de 1995.

Carpio acudía a casi todos los actos públicos y a muchos privados. Su figura, portando la vara de mando, era inevitable cada año a las puertas del Santico y en la procesión de la Patrona.

Con el apoyo unánime de la Corporación y otras administraciones, puso en marcha la Casa de Las Aguas , donde se ubican el Museo Garnelo y la Fundación Biblioteca Ruiz Luque, y el polígono industrial Llanos de Jarata y otras muchas actuaciones que no es el caso incluir aquí.

* Maestro