¿Es Artur Mas el médium a través del cual el espíritu de Cataluña se manifiesta? ¿Toma posesión este espíritu del cuerpo del president cada vez que, sujetándose las gafas con el dedo, afirma, por ejemplo, que Cataluña desea tal cosa o que desea tal otra? Pero, ¿existen los espíritus? Concretamente, ¿existe un espíritu catalán, un ente invisible e incorpóreo, aunque dotado de voluntad, que a veces le cuenta a Mas al oído (y en voz tan bajita que los demás no podemos escucharlo) cosas como: "Artur, dile a toda esa gente que ya estoy harto de España y que he decidido romper con ella", "Artur, convoca un referéndum; y si te lo anulan, ve preparándome unas plebiscitarias", "Artur, creo que con una mayoría de escaños, no de votos, me daría por satisfecho", etc., etc-?

Por otra parte: ¿se han fijado en lo antojadizos que son estos entes invisibles e incorpóreos? Nunca sabe uno muy bien a qué carta quedar con ellos, pues cambian de humor a cada instante. Cuando crees que desean una cosa, resulta que ya quieren la contraria. ¡Y cuidadito con equivocarse al leer sus signos! Sus enfados suelen ser colosales si detectan que no les has entendido bien: repasen cualquier libro de Historia y verán que no exagero. Las armas de destrucción masiva no son un invento del pasado siglo.

Al margen de sus humores cambiantes y borrascosos, creo sin embargo que estos espíritus serían mucho menos dañinos si no tuvieran que recurrir por fuerza al auxilio de intérpretes para manifestarse. En efecto, al tratarse de entes invisibles e incorpóreos, han de valerse de seres visibles y corpóreos (algunos de ellos con gafas) para decir aquello que tienen que decir. A veces dos intérpretes entienden cosas opuestas, y en menos que canta un gallo ya te han montado una guerra: el que la gana es siempre, por cierto, el que interpretó correctamente la voz del espíritu.

Otro problema menos dramático con los intérpretes: ¿quién nos garantiza que lo que ellos dicen es exactamente lo que dijo el espíritu? No es por ser desconfiado, no. ¡Pero uno tiene ya cierta edad, la especie humana tiene ya cierta edad, y es por desgracia tan frecuente ver cómo estos intérpretes faltan a su misión y arriman el ascua a su sardana (perdón, a su sardina)! Confío en que Artur Mas no confunda la voz de Cataluña con su propia voz, o con la voz de sus allegados. Y que cuando los catalanes despierten del sopor postelectoral no descubran que la silla del médium está vacía, que no había ningún espíritu, que son ellos y somos nosotros los que tenemos que decidir lo que nadie más puede decidir por ellos ni por nosotros.

* Escritor