Opinión

El lío catalan

Si yo fuera catalán, o residente en Cataluña --como lo fui en mi primer trabajo hace ya un porrón de años-- a la hora del telediario me haría independentista de la grey de Llach y soberanista acérrimo, pues con asombro percibo cómo se me va inconscientemente la mano izquierda hacia el antebrazo para ejecutar un corte de manga dirigido a la pantalla. Me pasa desde que presentaron a Obama como la reencarnación de Fernando de Aragón abogando por la unificación de España. Me viene ocurriendo desde que se recrudeció la campaña electoral catalana y TVE comenzó a hacer de las suyas, retorciendo la información y advirtiendo del Apocalipsis que se cierne sobre el pueblo catalán si el día 27--S, justamente cuando Barcelona estará a otra cosa, con sus populares y divertidas fiestas de la Mercé, gana la candidatura unitaria de los independentistas. Me volvió a suceder cuando España pasó a la final del Eurobasket, y elevaron a Gasol a las alturas con salmos al espíritu nacional. Este irrefrenable brote de catalanismo a la hora del telediario, con nula repercusión pues no me permiten decidir, como a vds tampoco, se acrecienta cuando oigo bramar a políticos irrecuperables, banqueros y empresarios que hasta ahora habían estado calladitos mientras el monstruo del independentismo engordaba y ellos miraban para otro lado. Solo el Papa Lara habló claro y dijo que de allí sacaría su Planeta al día siguiente de proclamar el estado catalán. Y fuese y no hubo nada, hasta hoy que temen donde ha llegado el lío catalán. A buenas horas.

* Periodista

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