Opinión

MERCEDES Valverde

Sistema educativo definitivo

A pocos días de que comience el curso escolar, sigue la polémica sobre si se implantará o no de la Lomce, y parece que, a la vista de la reunión veraniega que tuvo el nuevo ministro de Educación con los consejeros autonómicos la controversia continuará, pues los socialistas ya anunciaron su disconformidad. Seguro seguirá el debate durante todo el curso escolar al estar a las puertas unas elecciones generales, y ya se sabe que el nuevo gobierno elegido cambiará o modificará lo que el gobierno anterior haya hecho en materia educativa. No entiendo cómo los partidos políticos pueden tener ese comportamiento tan exento de responsabilidad cuando la educación es un asunto de Estado, nunca de partidos. No comprendo cómo no existe un pacto de Estado en materia educativa, tan esencial y fundamental en un país, pues es determinante para el desarrollo económico y social del mismo.

Después de 37 años desde que se recogiera en la Constitución, en su artículo 27, el derecho fundamental a la educación y la libertad de enseñanza, tras varias leyes orgánicas dictadas por uno u otro partido, seguimos sin un sistema educativo definido, definitivo y estable, algo totalmente incomprensible e inadmisible. No se puede cambiar de forma partidista el plan de estudios, las asignaturas, el material escolar..., o centrar el debate político en si está incluida o no la religión como asignatura, cuando la Constitución establece que los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Esa irresponsabilidad política no solo crea inseguridad sino que repercute negativamente en los conocimientos y formación de los estudiantes.

Hay unos pilares básicos en los que asentar la educación de un país que no admiten discusión: enseñanza básica obligatoria y gratuita; autoridad y respeto de y a los profesores; formación y educación del alumnado en los valores de igualdad, libertad, respeto, solidaridad, tolerancia, estudio, esfuerzo. Con ellos, con la implicación de padres y profesorado y con un poco de sensatez y responsabilidad política se podría pactar un sistema educativo definitivo que haría de España un país más progresista, liberal, avanzado, formado y competitivo.

* Abogada

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