Hace veinte años, Rosa uno antes, nos incorporamos quienes escribimos estas líneas a la Universidad Complutense de Madrid. En concreto, al Departamento de Derecho Financiero y Tributario que había fundado Fernando Sáinz de Bujanda, el hacedor de esta disciplina en España y que, gracias a su magisterio, somos un referente a nivel internacional. De allí partieron los mejores para ocupar cátedras en otras provincias españolas. Los mejores, ya que D. Fernando siempre supo buscarlos. Uno de ellos es Miguel Mora Hidalgo (Montilla, 1943), al que conocimos al poco de llegar y que, pese a estar desde siempre, ha sido, hasta su jubilación, profesor asociado, pues nunca quiso renunciar a su labor como vocal asesor de la Dirección General del Tesoro y Política Financiera. Son conocidos, en este ámbito, sus artículos sobre La mesa latino-americana sobre gobierno corporativo , El futuro de los mercados hipotecarios en la Unión Europea , El Nuevo Instrumento Comunitario --NIC IV-- para la financiación de inversiones de las pequeñas y medianas empresas , El endeudamiento exterior en España , Sistema tributario, planificación y economía de mercado y Estudio sobre la naturaleza jurídica de los fondos de inversión mobiliarios .

Miguel es un magnífico docente, que sabe trasladar sus amplios conocimientos con esa voz pausada, pero que se crece ante el auditorio. Nos acogió tras nuestra incorporación con los brazos abiertos y fundamos lo que vinimos a llamar la "isla de Córdoba en la Complutense", a la que se sumarían, años más tarde, Cristina García Herrera y Jesús Rodríguez Márquez. Un año llegamos a celebrar el día de Andalucía, en el despacho de la añorada Marisol, con una buena copa de Montilla-Moriles. Se convirtieron en costumbre, por aquel entonces, las tertulias de las 7 de la tarde en la sala de profesores de la facultad. Allí varios profesores (entre otros, varios que volvían a las aulas después de haber ejercido labores de gobierno o de representación política) comentaban el escenario social y político del momento hasta que llegaba la hora de la clase.

La última vez que coincidimos con Miguel fue, precisamente, en la Cooperativa la Unión, de la que era, en ese momento, presidente y ahora presidente de honor. Con mimo, como él hace las cosas, nos enseñó sus instalaciones. Y es que, gracias a él, la Cooperativa es una realidad pujante y a la que ha dedicado 35 años de forma desinteresada. De hecho fue uno de sus fundadores, junto con un nutrido grupo de personas pertenecientes al sindicato de la Unión de Agricultores y Ganaderos.

Llama la atención que alguien con responsabilidades en la Dirección General del Tesoro y Política Financiera haya sido y sigue siendo un firme defensor de la economía social y de los valores del cooperativismo como instrumento para la mejora y defensa de los intereses de los pequeños y medianos agricultores, así como del nivel social y cultural del conjunto de la población. Muchas de sus ideas las plasmó en el libro del que es coautor, La economía montillana y sus perspectivas de futuro .

Pero es que Miguel es así, firme en sus convicciones y que defiende a ultranza con esa testarudez que sólo anida en las personas excepcionales. De hecho ha dedicado su vida, de una manera intensa y apasionada, a potenciar y colaborar en la puesta en marcha de múltiples iniciativas en estos ámbitos.

Le ha llegado la hora de la jubilación y, con ella, de los homenajes, como el que le dio su Cooperativa abarrotada el pasado sábado. Sin embargo, él es muy contrario a todos ellos, ya que piensa que las cosas solo pueden hacerse bien y eso no es un mérito. Nosotros, sus compañeros de la Complutense, queremos, con estas breves líneas, agradecerle su trabajo, su esfuerzo y su dedicación. También su amistad desinteresada, siempre dispuesto a compartir.

* Presidente de la D.O. Montilla-Moriles y profesor titular de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Complutense

Firma también este artículo Rosa M Galán Sánchez, profesora titular de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Complutense