Tras 50 años juntos, quizá no sintáis la misma vitalidad y energía que antes. Es posible que vuestras piernas no respondan del todo bien, y que vuestra vista no sea ya tan aguda. El pelo se ha vuelto canoso, pero todavía seguís siendo las personas más maravillosas del universo, para los que hemos estado disfrutando de vuestra presencia y agradeciendo cada una de vuestras sonrisas, miradas y consejos, para los que hemos estado junto a vosotros, compartiendo parte de estos 50 años, vuestros hijos, nueras y nietos.

Papá y mamá, 50 años juntos es una fecha para celebrar, causa de alegría y un motivo para recuperar vuestra juventud, para recordar los momentos más bonitos y emotivos que han ocurrido durante este tiempo, y que hemos vivido juntos. Para nosotros, ir creciendo con vuestro amor como ejemplo, ha sido la mejor enseñanza que nos habéis podido dar, pero todavía queremos seguir creciendo con vuestro cariño mutuo como referente, por eso queremos compartir este momento con vosotros, y con todo el que lea esta carta. Porque estamos seguros que os volveríais a dar el 'sí, quiero' una y mil veces más, con tal de poder estar el uno junto al otro. Porque sois ejemplo de vida en común, este es nuestro pequeño homenaje, a vuestro gran amor. Desde aquí, quisiéramos agradecer a nuestros padres su valentía, su lucha y su tenacidad en este largo camino que es la vida, pero sobre todo, agradecer que haya sido un recorrido lleno de amor y de vivencias magníficas, que nos dejareis ahora a nosotros, vuestros hijos.

Recuerdo que de niño aspiraba a ser fuerte y trabajador como mi padre, y generoso y valiente como mi madre, hoy mi mayor aspiración es ser capaz de dar tanto amor como recibí, y ser para mi esposa y mis hijos, tan buen marido y padre, como mis padres lo han sido. José, Magdalena, os deseamos toda la felicidad del mundo en este día, y que podamos vivir juntos, muchos años más de felicidad.

Antonio Magdaleno Alba

Córdoba