En El Libro I de los Reyes, se describe el recurso que utilizó Salomón, rey de Israel, para averiguar la verdad en un caso judicial que se le presentaba: la disputa entre dos mujeres, el hijo de una de las cuales había muerto; ambas decían ser la madre del niño vivo. "Esta afirma: mi hijo es el que vive y tu hijo es el que ha muerto". La otra dice: "No, el tuyo es el que ha muerto y mi hijo es el que vive". El rey añadió: "Traedme una espada". Y trajeron al rey una espada. En seguida el rey dijo: "Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra". Entonces la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y le dijo: "Ah, señor mío, dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis". Y la otra dijo: "Ni a mí ni a ti, partidlo". Entonces el rey respondió: "Entregad a aquella el niño vivo, y no lo matéis, ella es su madre".

Es imposible separar el edificio de la mezquita del edificio de la catedral. Su auténtica y legítima propietaria es la Iglesia católica, que la construyó legalmente dentro de un recinto que era una mezquita. El uso, la administración y el verdadero sentido de la utilización de este complejo edificio corresponde a la Iglesia católica, que siempre ha cuidado de la joya arquitectónica en la que se halla ubicada, y nunca se ha opuesto a su disfrute turístico. No olvidemos tampoco que el culto religioso que se desarrolla en este complejo edificio representa y comprende los legítimos sentimientos de la mayoría de los cordobeses. Son sentimientos vivos. Cualquier menoscabo, insulto o intento de destrucción de ellos sería un atropello deleznable. Parece que bajo la falsa y anacrónica bandera de "lo público para el pueblo" intentan cometer una fechoría. ¿A qué viene ahora esta polvareda artificial que han levantado "sabios historiadores", políticos oportunistas o "pescadores de río revuelto"? ¿Buscan el bien de la ciudad o intentan justificar su falta de ideas e ineficacia para el desarrollo económico de la misma, que es lo que verdaderamente nos interesa? ¿Se han constituido en los administradores del Patrimonio de la Humanidad y defensores de la religión islámica? ¿O son sencillamente los representantes de "la madre del niño muerto"?

Julio César Jimena

Córdoba