Cuando el concejal del PP Rafael Navas anunció que dejaba el Ayuntamiento, y que volvía a su cargo directivo en Asaja, no se le ocurrió otra cosa que decir que lo hacía porque en su empleo privado ganaba "más dinero". A continuación, siguiendo la salvaje costumbre del momento, se desataron las redes sociales y los comentarios en internet que ponían a este hombre a caer del burro. En realidad, lo que ha hecho Navas es perfectamente comprensible. Si él hubiera explicado que como concejal de la oposición no liberado no recibiría sueldo y solo cobraría al mes la dieta de 700 euros por asistir a plenos, y hubiera añadido eso tan sencillo de que hay que llevar el sustento a la economía familiar, todo el mundo lo hubiera entendido.

Muy lejos de nuestra asfixiante Córdoba, en la fría tierra de los germanos, la canciller Angela Merkel hizo llorar a una jovencita palestina cuando en un encuentro con los ciudadanos --vaya, eso hacen los políticos teutones, se ponen a tiro de las inquietudes del pueblo llano-- contestó a sus preguntas con la pura y simple verdad y le dijo que no todos los refugiados podrán quedarse en Alemania. La sonriente chiquilla, que preguntó por ese asunto --en un perfecto alemán-- porque su familia lleva cuatro años a la espera de regularización, rompió en llanto, y la premier alemana quedó en un pasmo indeciso, intentó acariciarla para darle consuelo y, en general, demostró una torpeza para las emociones que, desde luego, no hubiera exhibido Silvio Berlusconi, por poner un ejemplo, si bien repugnante. ¿Cómo interpretarlo? Ya saben que a la gobernanta de Europa la han vapuleado a base de bien por su "frialdad" y comportamiento que podría tildarse, sin embargo, de coherente con unos principios de honestidad. Merkel contestó con una dura sinceridad, sin paños calientes. Berlusconi probablemente hubiera mentido a todo trapo y de paso hubiera llamado guapa a la chica, y quizá Felipe González le hubiera dicho a esta chavala que tuviera esperanza y tal y cual y... ¿Hay más preguntas?

Dicen que una de las peores cosas que se pueden hacer en esta vida es dar explicaciones, pero raro será el político importante que, al leer la prensa por la mañana o escuchar una tertulia, no sienta la tentación de decirle a cada uno de los ciudadanos: "Deja que te lo explique...". Esto lo ha resuelto el gobierno municipal de Madrid con su web Versión original , en realidad un tablón de desmentidos en el que Manuela Carmena y sus concejales aclaran por internet todas las interpretaciones malintencionadas de la prensa canallesca y sus rastreras mentiras. "La verdad os hará libres", dijo Jesucristo, y en el Ayuntamiento de Madrid han decidido dejar la verdad bien atadita en una web, que de ahí no se escapa.