En Galdakao (Vizcaya), el Ayuntamiento ha instalado en la calle un frigorífico en el que hosteleros y particulares pueden depositar alimentos en buen estado pero a punto de caducar (por ejemplo, los pintxos que hayan sobrado y cuyo destino sea la basura) para que los recojan personas necesitadas. El único requisito es poner una etiqueta con la fecha de caducidad. Un auténtico experimento, pues nadie controlará quién abre, cierra o se lleva el contenido de esta nevera solidaria.