La celebración del día 21 de marzo, Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial, es una buena ocasión para reflexionar y avanzar en los esfuerzos para eliminar todas las formas de discriminación ligadas a motivos raciales en nuestra sociedad.

El preocupante rumbo xenófobo por el que comienzan a transitar determinados discursos políticos en la Unión Europea invita a la reflexión. En tiempos de crisis generalizada, las opciones políticas de extrema derecha y populistas tratan de afianzar sus discursos sobre falaces debates de identidad, la competencia desleal o el acaparamiento de "ventajas sociales" que vinculan maliciosamente con la inmigración, cuando los extranjeros no son sino unas víctimas más de las brutales políticas de recortes asumidas con la excusa de la mal llamada austeridad. No es casualidad que en tiempos de políticas restrictivas en lo económico se busquen y pretendan también recortes de libertades y de derechos y siempre empezando por los más débiles y vulnerables.

Mientras tanto, en España el Gobierno golpea a la inmigración de forma general a través de los graves recortes en sanidad, educación y otros servicios públicos que afectan especialmente a la clase trabajadora donde se ubica la inmensa mayoría de la población extranjera en nuestro país. El gobierno del PP hace invisible con sus políticas restrictivas a la población extranjera en España que, en un contexto de crisis y desempleo salvaje, está siendo especialmente golpeada por el paro, y con graves riesgos para su estabilidad jurídica y documental en muchos casos.

Durante esta legislatura, el Gobierno central ha sido incapaz de abordar de manera positiva y proactiva las políticas de inmigración y, especialmente, aquellas destinadas a la integración social de la población extranjera y de la propia población española. Dichas políticas restrictivas han impedido la normalización en el acceso a los derechos básicos y fundamentales de las personas inmigrantes, respetando su dignidad, a fin de evitar situaciones de mayor vulnerabilidad y exclusión social. Situaciones que puedan dar pábulo a discursos racistas, xenófobos e intolerantes como lamentablemente estamos asistiendo en otros países de la UE.

Las fuerzas políticas y las instituciones tanto europeas como españolas y, especialmente, el Gobierno de la nación, deben tener una "tolerancia cero" con cualquier actitud o discurso que pretenda fomentar una imagen distorsionada de la inmigración que promueva actitudes racistas y/o xenófobas.

Se hace más necesaria que nunca la responsabilidad del Gobierno respecto al abordaje de las cuestiones migratorias, máxime en un contexto de grave crisis como el actual, a fin de evitar fomentar una visión reduccionista de las migraciones que genere respuestas de rechazo respecto a la población española. En este sentido, no entendemos necesario modificación alguna de la normativa relacionada con extranjería ni mucho menos "en caliente" para abordar cuestiones que están perfectamente reguladas desde hace tiempo en nuestra normativa (devoluciones en caliente, rechazos, etc.) y que nunca han generado disfunciones en la práctica.

* Secretario de Migraciones de CCOO de Córdoba