Julio y pilar

Julio y Pilar. Julio Merino, periodista de raza, escritor fecundísimo, buen catador de gentes y de historias; Pilar Redondo, la palabra que se hace letra impresa, apta para saborearla en historias tan cercanas como penetrantes, derramada en columnas multicolores que ensanchan el espiritu y los vientos. Julio, la voz de la experiencia, "saber es alentar con los ojos abiertos", el huracán de los recuerdos convertido en arena suave que pueden pisar nuestros pies mientras las olas los envuelven; Pilar, la literatura de contar lo que se ve, en narraciones que vislumbran mundos nuevos, "día, noche, ponientes, madrugadas, espacios, ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas, mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal, metal, música, labio, silencio, vegetal, mundo, quietud...", tres versos que configuran el viejo poema de Vicente Aleixandre. Julio, el torrente de sus novelas en carne y hueso, de tantos libros donde nos narra lo que es vivir y los secretos que encierran nuestras vidas, "tú sabes bien que en mí no muere la esperanza, que los años en mí no son hojas, son flores, que nunca soy pasado sino siempre futuro", nos susurra el periodista con palabras de Neruda; Pilar, la joven escritora que nos deleitó con aquel precioso cuento Clotilde y Platero se hacen reporteros , y nos deleita con sus Relatos atormentados , con sus poemas de Quejíos del alma , con sus versos sueltos pero bien atados por la ilusión, la pasión, el encanto y una cierta magia, "el amor es resumen de la tierra, es luz, música, sueño y fruta material...".