Siempre he entendido la función de los políticos como la de un servicio a los ciudadanos, y que los ediles representaban a todos estos ciudadanos, independientemente de su voto. Por ello, he visto con normalidad su presencia en todos los actos que se desarrollaban en nuestra ciudad, fuesen quienes fuesen sus organizadores. El contacto directo con el pueblo es algo que siempre ha acercado, a quienes nos rigen y representan, con el pueblo llano, y por eso no me he extrañado nunca de ver a ediles de todos los grupos políticos en los actos religiosos o en la propia Semana Santa, de la misma forma, que he constatado que la ciudadanía lo asumía como algo normal.

Sin embargo, el pasado 27 de noviembre, la comparecencia de IU junto a Córdoba Laica en el Ayuntamiento abría un nuevo marco en esta situación cuando el portavoz del grupo municipal de la coalición de izquierdas, Francisco Tejada, indicó que su formación se comprometía a estudiar propuestas de este colectivo minoritario, como que no hubiese representación institucional en los actos religiosos. Atrás quedaban los tiempos en que ediles y alcaldes de IU de la capital, incluido el propio Tejada, participaban en distintos actos religiosos y procesiones.

Y es que ahora, según parece, las hermandades vamos a pasar a ser ciudadanos de segunda categoría para estos señores. No seremos tan ciudadanos como los peñistas, los empresarios, o las asociaciones de vecinos, que sí podrán contar con la presencia de estos "representantes" porque resulta que participar en actos religiosos (de religión católica, por supuesto) supone una vuelta a las "corporaciones del franquismo".

Pues miren ustedes, a mí me parecería una falta de respeto y un desprecio a una buena parte de los ciudadanos y una dejadez de sus funciones no acudir a estos actos. Quizás deberían ustedes mirar más allá del mero hecho religioso. Ustedes, a quienes se les llena la boca al hablar de participación ciudadana, dan de lado al movimiento asociativo más importante de nuestra ciudad, compuesto por más de 40.000 ciudadanos. Ustedes, que abogan por la acción social, obvian que no hay en esta ciudad ninguna institución que realice una mayor labor social que la Iglesia Católica. ¿Hablamos de tradición? ¿De historia? ¿Hay muchas entidades en la ciudad que puedan presumir de centenarias, como alguna de nuestras hermandades? ¿Prefieren hablar de cultura? ¿De arraigo? Quizás, prefieran hablar de generación de riqueza para la ciudad, o de todo lo que aportan las hermandades y cofradías en cuanto a creación de empleo.

Siempre nos hemos sentido orgullosos de formar parte de esta ciudad y de contar con la presencia de nuestros representantes municipales, a quien, por cierto, jamás hemos obligado a venir a nuestros actos. En eso, probablemente, seamos más tolerantes. Por ello, no puedo llegar a comprender su voto negativo a una proposición que tan solo trata de garantizar la posibilidad de asistir y no la obligación de asistir, como tampoco podré comprender al otro grupo que también ha votado negativamente, suponiendo que este año, tampoco contaremos con las visitas "institucionales" que realiza cada Semana Santa a las cofradías que hacen su estación de penitencia cada día y en las que todas las hermandades les hemos recibido, cada año, con las puertas abiertas. Sería, al parecer, volver al nacional-catolicismo. O quizás, al ser año electoral, nos olvidemos de tanta tontería.

* Presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba