Seguramente lo habría leído algún día en el periódico, hace tiempo. Pero no lo recordaba.

El sábado, 5 de abril, por la tarde, el hijo pequeño de mis amigos se empeñó en ir a la Ciudad de los Niños. Los mayores nos tomaríamos un refresco mientras jugaban él y mis hijas.

Pero al llegar tuvimos que pagar una entrada. No me lo podía creer. Esta infraestructura se habrá hecho con dinero público procedente de nuestros impuestos, para que todos lo podamos usar.

El precio no es alto y me imagino que esos ingresos serán para el mantenimiento.

Los que todavía tenemos trabajo, lo pagamos y punto. Pero los niños cuyos padres están en paro, y llevan así varios años, a veces no pueden. Y esto es injusto.

La Ciudad de los Niños es para todos los niños, sean de donde sean, tengan sus padres más dinero o menos. Ahora se les impide a muchos niños que entren porque entre las prioridades de sus padres no está pagar esa entrada ya que con ese dinero tienen que comprar el pan y la leche del día siguiente.

Los cordobeses no lo debemos permitir.

Rafael Moreno López

Córdoba