Habíamos pasado una mañana gloriosa hablando de nuestras cosas, de su futura presencia en el Museo de Bellas Artes de Córdoba, de su escasa presencia en nuestra ciudad, a pesar de ser el escultor y pintor cordobés vivo más importante. Estábamos en Cruz Roja con su Mariquilla, su musa desde los doce años. Aurelio solo vivía por ella y para ella. La pérdida de su hijo José, otro artista, y la desgracia de su hijo Aure, le hizo recostarse sobre ella como un atlante, con su hija Mónica de testigo de su mutua entrega. Al día siguiente, uno de febrero pasado, un silencio atronador certificó su ausencia. Aurelio Teno se había ido a su galaxia eterna con su hijo José y Córdoba, su madrastra, empezó a darse cuenta de lo que significa la pérdida de un artista reconocido por las universidades de todo el mundo, con monumentos en las ciudades más importantes de Europa, América y Asia.

Qué lástima no ser experto en arte para poder decir lo que ha significado Aurelio como artista. Qué suerte ser solo su amigo para poder expresar libremente lo que ha significado como hombre. Hay una tercera opción, la de expertos amigos o amigos expertos de los que hubo una amplia representación en su entierro en Villaharta, encabezada por José M Palencia, Julia Hidalgo y Antonio Bujalance; Juana Castro y Pedro Tébar; Paco Solano Márquez y M Teresa Montoro; Maite Béjar y Manolo Cardona.

Conocí a Aurelio Teno en 1990 en la Obra Cultural de la Caja Provincial de Ahorros de Córdoba. Su personalidad me arrolló hasta ponerme a su lado en busca del reconocimiento que Córdoba le debía. Me hice tenoadicto y, con el apoyo del presidente de La Caja, Alfonso Castilla, abrimos una Sala Aurelio Teno en el Palacio de Viana, que con las de Pedro Bueno, la importante cantidad de obra adquirida del ingenuista Vivancos, la Sala de Mineralogía del profesor Díaz Mauriño y los fondos propios de La Caja, formarían el embrión del futuro Centro Cultural que Alfonso Castilla quería establecer en la ampliación del Palacio de Viana. La fusión supuso un cambio de óptica que originó el cierre o regalo de las salas de Pedro Bueno y Díaz Mauriño, el olvido de la obra de Vivancos y el desmantelamiento de la de Aurelio Teno, a la que la nueva Fundación Cajasur busca un nuevo destino. Tanto su director, Angel Cañadilla, como la responsable de Cultura, Eva Delgado, son conscientes del privilegio que supone para Cajasur tener una sala con lo mejor de Teno. Y tienen previsto para el año próximo exponer la pintura que Aurelio dejó preparada en Pedrique.

Y abortado el Centro Cultural Viana, ¿por qué no se aprovecha la idea para el indefinido e inconcluso Museo o Centro de arte contemporáneo? Se imaginan ustedes lo que supondría un centro que empezara con salas de Aurelio Teno, Pedro Bueno, Vivancos, con la posibilidad de sumar los fondos de la antigua Caja Provincial de Ahorros de Córdoba y de Cajasur. Estoy de acuerdo con Paco Solano en que falta en Córdoba el gran Museo de Arte Contemporáneo y es seguro que a esta ilusión se sumaban muchas instituciones, con obras de arte correspondientes a artistas universales que expusieron en estas instituciones o participaron en concursos promovidos por ellas, que están guardadas o a las que no se les saca partido. ¿Habría un destino mejor para estas salas y estos fondos que un Museo o Centro de arte contemporáneo?

Pero si Aurelio Teno es importante para mí como artista, lo fue mucho más como amigo, como persona. Como persona se le solía definir con una expresión generalizada, "es un volcán". Lo dice Paco Solano en el artículo que lo recuerda y así aparece en la biografía que le hicieron Juana Castro, Rosa Luque y José M Palencia y en la que le hizo García Osuna. Y lo dicen también sus amigos poetas como Vicente Núñez, Manolo Gahete, López Andrada, Pablo García Baena, Carlos Clementson o Miguel Cordero.

Y es que en el contacto personal con Aurelio lo que sorprendía primero era su entrega al hablar, al manifestarse. Era un hombre sin doblez, se mostraba tal cual era. Y esa cualidad la tuvo siempre, hasta en los malos momentos que vivió, que también los tuvo. A pesar de su personalidad arrolladora nunca imponía su criterio, salvo en sus manifestaciones artísticas. De una cultura enciclopédica por haber vivido en todo el mundo era una gozada escucharle. Paco Lucena vino a hacerle una web y oyéndole se quedó para siempre.

Cuando yo iba a Pedrique nos sentábamos bajo una hermosa morera y hablábamos de todo, siempre bajo la atenta mirada de su mujer y de su hermana Angelita, que convivía con ellos en largas temporadas. Casi todos los sábados venía también su amigo Rafalito Ramírez. Y hablamos mucho de Córdoba, donde este universal artista tiene una sola obra en la calle, la titulada Homenaje a la mujer maltratada , situada en la plaza de las Artes en Parque Fidiana, que regaló a su Asociación Vecinal Diana , por la gestión de su presidente entonces, el pedrocheño Enrique Rodríguez.

Esto no se puede aceptar. Córdoba tiene que tener una importante muestra de Aurelio Teno y él ya lo había previsto y de ello hablábamos en Pedrique. Pedrique merece una visita de los responsables municipales, con el alcalde y el concejal de Cultura a la cabeza. La viuda y la hija de Aurelio Teno los recibirán como corresponde. Entretanto, la Delegación de Cultura y la Universidad, con Juan B. Carpio, quieren organizar una gran exposición en recuerdo de su doble faceta de escultor y pintor. Y en el Museo de Bellas Artes se pueden ver las dos obras recientemente depositadas por la familia. Como es lógico, un águila y un quijote.

* Escritor