pSOCIEDAD

nLos pensionistas yla democracia N

***Germán Toledo Fernández

***Córdoba

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Hasta la llegada de la democracia, la dictadura nos hacía hablar en voz baja de los temas políticos y exponer nuestras ideas; nos impedía estar afiliado a ningún partido o sindicato porque además en nuestros hogares así se hacía, estuvimos retraídos en nuestros pensamientos y manifestaciones, hasta que llegó el cambio. Con esta nueva era, aspectos como el Estado del bienestar, la transparencia y la participación en la toma de decisiones han sido los temas estrella que más hemos demandado y sin los cuales no entendíamos la democracia. Se nos abrieron todos los sentidos.

Pero es cuando en ella ha irrumpido la corrupción en todos los frentes: políticos, económicos, financieros, judiciales o urbanísticos, por nombrar algunos, el momento en que nuestra mente ha empezado a pensar el porqué esa corrupción siempre la ha pagado la clase más desfavorecida. Las leyes están hechas para castigar al pobre, nunca al corrupto rico ya que no saben cómo hacerlo y cuando lo hacen su condena es desproporcionadamente chica y tardía. Se han preocupado de que la clase media desaparezca con la eliminación de sus derechos, la esquilmación de sus salarios o la pérdida en nuestras pensiones, que junto con la enorme tasa de paro son los causantes de ello. Es cuando ha comenzado el gran debacle y la desconfianza en la salida de la crisis, ya que con el proceder del ejecutivo solo se consigue, al no haber regeneración institucional, un alejamiento de los ciudadanos hacia ellos.

En el instante en que la sociedad actual se ha empobrecido por una mala praxis o un engaño permanente hasta límites insospechados e insostenibles y nosotros los jubilados y pensionistas más sufrimos, no es el momento de retirarnos por comodidad de la vida activa y dejarnos saquear a su antojo. Así no arreglaremos nada.

pRELIGION

nLa política yla Iglesia N

***Francisco Baena Calvo

***Córdoba

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La verdadera política es preocuparse de los asuntos de la "polis" y es necesaria esta dimensión para el desarrollo integral del ser humano, que es un ser relacional y comunitario en su misma esencia. El hombre, que es un ser social, necesita una eficaz y auténtica política, ejercida fundamentalmente por los políticos, elegidos democráticamente por el pueblo, con honestidad, sensatez y honradez, administrando los "bienes públicos", en beneficio no de una minoría favorita o un partido político, sino para el bien común, el bien de la mayoría.

El cardenal Vicente Enrique y Tarancón pronunció una homilía maravillosa en la misa del Espíritu Santo celebrada en la iglesia parroquial de San Jerónimo el Real, en la mañana del 27 de noviembre de l975, con motivo de la exaltación del Rey don Juan Carlos I al trono de España: "La Iglesia sí debe proyectar la palabra de Dios sobre la sociedad, especialmente cuando se trata de promover los derechos humanos, fortalecer las libertades justas o ayudar a promover las causas de la paz y de la justicia con medios siempre conformes al Evangelio. La Iglesia nunca determinará qué autoridades deben gobernarnos, pero sí exigirá a todas que estén al servicio de la comunidad entera; que respeten sin discriminaciones ni privilegios los derechos de la persona; que protejan y promuevan el ejercicio de la adecuada libertad de todos y la necesaria participación común en los problemas comunes y en las decisiones de gobierno; que tengan la justicia como meta y como norma y que caminen decididamente hacia una equitativa distribución de los bienes de la tierra... ".

¡Magnífica exhortación del cardenal Vicente Enrique y Tarancón que expresaba con gran claridad y contundencia qué le pide la Iglesia a las instituciones y qué lugar ocupa la Iglesia en la sociedad civil, sin injerencias en competencias que no le corresponden pero con unas palabras que decir en las decisiones políticas y sociales!

pINDIOSINCRASIA

nLa picaresca delos españoles N

***Manuel Enríquez Becerra

***Sevilla

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España está llena de pícaros, que se llenan los bolsillos con la picaresca, van de poca monta por la vida, en silencio, como dicen los evangelios que lo que tu mano derecha sepa que no se entere la izquierda. Pero la mentira tiene las patas muy cortas y se coge antes a un embustero que a un cojo.