El tema que le ocupa hoy al Diario CORDOBA sobre la proliferación de asociaciones de patios en este último año no tendría que preocupar a la ciudadanía cordobesa, pues es un derecho reconocido en nuestra Constitución y que proyecta su protección desde una doble perspectiva: por un lado, como derecho de las personas en el ámbito de la vida social y, por otro lado, como capacidad de las propias asociaciones para su funcionamiento, es decir, la inscripción en el registro de asociaciones. Desde mi experiencia asociativa, más de 40 años, y de pertenencia a más de 100 asociaciones, entre las que he promovido, asociado y reivindicado la vida en común de nuestros barrios y ciudad, la riqueza recibida ha sido encomiable por las redes sociales, culturales y vecinales entabladas, que me hace ser una de las personas más agraciadas por la vinculación entre asociación y persona. Ahora bien, entre las asociaciones en las que he ejercido como socia me he encontrado actitudes manipuladoras, intolerantes, caudillistas, y para nada democráticas, pero eso no me ha servido para alejarme de ellas, tentación fácil para cualquier persona, sino más bien me ha servido para intentar erradicar formas y comportamientos antidemocráticos. La cultura franquista nos dejó una nula educación democrática y un no saber comportarnos en cuanto entablamos relaciones que afectan a colectivos, barrios, ciudades, anteponiendo nuestro deseo personal e individual al colectivo o público.

Por ello, si un grupo de patios de un mismo barrio desea formar una asociación con elementos de unión, de fortalecer redes entre ellos, queriendo proyectar una mejor visión en tiempos y formas de nuestro declarado bien Patrimonio Cultural Inmaterial de la Fiesta de los Patios, creo que es una excelente noticia, escasas estas en la actualidad. La proyección que se dará de este barrio del Alcázar Viejo, en cuanto a sus patios, repercutirá positivamente en todo lo relacionado a una demanda que sufrimos desmesurada y acosadora, en gran parte del año, ya que el barrio, por su ubicación estratégica, junto a la zona monumental del centro histórico, así como por la belleza cuidada que aporta la vecindad, es atrayente tanto para foráneos como para la misma ciudadanía cordobesa a lo largo del todo el año. Sólo queda decir que en estas andaduras de asociaciones nuevas de patios sean los intereses culturales, turísticos y sociales los que primen y no tengamos que luchar con aquéllos que sí se benefician de lo que generosamente aportamos las personas cuidadoras, trabajo y renuncia a la simplicidad de otras formas de vida.

* Vocal de las asociaciones de patios Claveles y Gitanillas y Alcázar Viejo