Soy madridista desde que tengo uso de razón, desde que mi padre me llevaba en su Seat 131 desde nuestra casa de la calle Velayos, al lado de la Clínica Puerta de Hierro, hasta el antiguo Palacio de Congresos donde aparcábamos a escasos doscientos metros de un Santiago Bernabéu que en los 70 acababa en el segundo anfiteatro en los fondos y la grada lateral de La Castellana y en el "gallinero" en la grada lateral de Padre Damián. Nuestra entrada era tribuna fondo sur y en sólo una ocasión fui al fútbol de pie porque mi padre ese día decidió que mi madre ocupara la que habitualmente era mi localidad. Ver el fútbol de pie en un Bernabéu lleno era toda una experiencia para un adolescente, era otra forma de vivir el fútbol.

Lo que jamás se había producido en la historia centenaria del Real Madrid es tener al mismo tiempo un presidente y un entrenador cuya unión pudiera ser peligrosa para la entidad. Butragueño dijo tiempo atrás que Florentino Pérez era "un ser superior" y desde la atalaya de los innegables éxitos empresariales de Pérez debe ser imposible no sentirse así. Mourinho aún no ha superado un éxito que se atribuye íntegramente: haber conseguido ganar la Champions con el Oporto y el Inter. Es indiscutible que son dos logros inconmensurables y es casi imposible que un mismo entrenador lo vuelva a repetir. Pero de ahí a hablar en primera persona diciendo "yo he ganado dos Champions" media un abismo de sensatez. El resto de títulos que ha ganado Mourinho no tienen tanto mérito porque en los campeonatos domésticos portugués, inglés e italiano, Oporto, Chelsea e Inter son equipos punteros. Autodenominarse "the special one" en un inglés muy flojo para presumir de políglota es ridículo. El principal error de Mou es no darse cuenta de que los resultados dependen de tantas variables que nadie, ni siquiera él, puede controlar y por tanto van por rachas. Los resultados no siempre van a favorecer al luso que había llegado a creerse, y lo que es peor, a hacer creer a la afición madridista que él garantizaba resultados. Tal vez "the special one" debiera saber que se recupera antes una persona inteligente de un fracaso que Mourinho de un éxito.

El sainete del Real Madrid actual es comparable al del Barcelona de los 70 cuando nada funcionaba en can Barça y el irrepetible Gaspar no paraba de hacer de las suyas. Cuando Florentino Pérez, en un pretendidamente solemne discurso, dijo que Mou representaba los valores del madridismo decidí abandonar temporalmente mi madridismo y exiliarme futbolísticamente en Málaga donde he disfrutado de dos años maravillosos en La Rosaleda al lado de mi amigo Paco Martínez con el que coincido a menudo en el chiringuito Oasis del Paseo Marítimo.

Asistí, invitado por Paco Jémez, al último Real Madrid-Rayo Vallecano. El partido fue dominado de cabo a rabo por el equipo de Vallecas que, no obstante, no se atrevió a marcarle un gol a un Real Madrid diezmado por la expulsión de Sergio Ramos y por la renuncia absoluta al balón de un entrenador de equipo pequeño. Lo que me resultó inaudito fue el mutismo de los aficionados a los que su entrenador les robó literalmente el dinero de las entradas. Por mucho menos se ha abucheado a Muñoz, a Miljanic, a Capello, a Schuster... Hay alguno que todavía cree que el portugués nos conseguirá la décima. Mourinho ha anestesiado al Bernabéu pero si la lógica futbolística se impone el 5 de marzo y el Madrid cae en Manchester la presión del Bernabéu contra el banquillo y el palco será insoportable. Una vez pasados los efectos de la anestesia la pañolada será de las que hacen época.

Mourinho debió ser despedido fulminantemente tras su cobarde agresión a Tito Vilanova, el silencio oficial del Madrid en los minutos que siguieron al acto más antideportivo de la historia del madridismo fue clamoroso. Si el Madrid prescindió de Juan Gómez Juanito tras su agresión a Matthaus en Munich, ¿por qué no aplicarle el mismo régimen disciplinario al entrenador? Pérez ha unido su destino al del portugués respaldándole y prorrogándole precipitadamente el contrato. El presidente que salió del Madrid en su primera etapa por malcriar a los galácticos, saldrá ahora por consentírselo todo a su entrenador fetiche. El Madrid resurgirá y los referentes madridistas de toda la vida como Zoco, Velázquez, Miguel Angel, García Remón, Pirri, Benito, Camacho, Gallego, Michel, Butragueño, Sanchis, Hierro, Raúl... deberán ser muy tenidos en cuenta.

* Médico