Nada mejor que el tiempo para poner las cosas en su sitio, pues éste quita o da la razón a los que la tienen. Cuando en el año 2007 los vecinos iniciamos las movilizaciones en oposición a la incineración de residuos en la cementera Cosmos se negaban nuestras razones; pero hoy, apenas transcurridos cinco años, podemos demostrar que decíamos la verdad. Veamos.

En primer lugar, en la Declaración Ambiental Integrada (AAI) que se concedió a la empresa Cosmos se define la incineración de basura urbana mezclada, neumáticos, plástico agrícolas, lodos, etcétera, como "valorización de residuos no peligrosos"; hoy la ley los define "como residuos potencialmente peligrosos".

También en el año 2007 estaba autorizada la quema en las cementeras de "residuos urbanos mezclados", hoy la ley los ha prohibido.

Decíamos, entonces, que la coincineración en zonas pobladas era peligrosa y nos respondían de que sus efectos no lo eran poniendo como ejemplo la salud de los propios trabajadores de la fábrica, lo que nos parecía una barbaridad. En el año 2009, CCOO tramitó ante la Tesorería de la Seguridad Social el expediente por el que se solicitó el coeficiente reductor en la edad de jubilación en la cementera Cosmos por concurrir en ella "altas tasas de penosidad, toxicidad y peligrosidad", lo que nosotros defendíamos.

Hablábamos sobre los efectos nocivos de los metales pesados y se nos replicaba que "eran riesgos asumibles", citando a la Agencia de Medio Ambiente norteamericana (EPA). Este año, la misma Agencia (que es poco sospechosa), al hablar sobre la reducción del mercurio y carcinógenos en la fabricación de cemento, ha dado como plazo a las cementera norteamericana hasta el 2016 para que reduzcan en un 90 por ciento las emisiones de mercurio. Hace poco, en la Convención de Minamata, 140 países, entre ellos España, han acordado actuar en la misma dirección y, por citar algún estudio, recientemente la revista Environment International ha publicado un trabajo realizado por el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, centro puntero de investigación biomédica, un estudio que abarca 8.098 poblaciones españolas y se realizó en base a datos recogidos entre 1997 y 2006, en el cual se demuestra la existencia real de riesgos significativos para las poblaciones españolas situadas cerca de incineradoras y plantas de tratamiento de residuos peligrosos, etcétera.

Y para concluir decir que, obviamente, la Plataforma Córdoba Aire Limpio, en modo alguno es responsable ni ha tenido nada que ver, cuando se habla de su incidencia sobre el empleo, con el gran fraude financiero, ni con la burbuja inmobiliaria, ni con la recesión de las obras públicas, ni con la crisis del sector cementero, etcétera, motivos que han provocado el grave crack económico en que nos vemos inmersos... como no lo somos de la muerte de Manolete.

Por exigencias de espacio periodístico no deseamos extendernos más, sólo recordar que las investigaciones científicas independientes y punteras nos están dando razón y hacen que nuestra lucha esté cada día más justificada: ¡no se puede autorizar la incineración de residuos potencialmente peligrosos en medio de una ciudad de 330.000 habitantes, como es Córdoba!

Es una cuestión que muchos quieren obviar: la salud de los ciudadanos es un derecho fundamental y primordial y no se puede poner en riesgo bajo ningún concepto, ni a corto ni a largo plazo --y máxime habiendo alternativas-- y eso es sencillamente lo que defienden los vecinos desde la Plataforma Córdoba Aire Limpio.

* Plataforma Córdoba Aire Limpio