En el país con el mayor número de envidiosos y fariseos por kilómetro cuadrado, no pueden entender que el tesorero de un partido político, para practicar sus aficiones --alpinismo y esquí-- de forma relajada, sin problemas de dinero, guardase en la banca suiza 200 milloncejos de euros. Muchos, en vez de comprender tan resbaladizas actividades deportivas, se malician que dicha "pasta" --perdón por usar el lenguaje gansteril-- tiene un origen negro u, al menos, oscuro. A partir de ahí, surge una sólida suposición: los ahorros del personaje, vinculado hasta las trancas con el caso Gürtel --asunto que no debemos echar en saco roto--, se deben al cobro de comisiones opacas. Incluso algunos malvados envidiosos van más lejos. Creen firmemente que el grueso de las cantidades manejadas proviene del grupo dirigido por el procesado Correa, testigo con chaqué en la boda de la hija de Aznar. Dicha creencia se basa en saber que las empresas de la trama Gürtel, trabajando en exclusiva --subrayamos "en exclusiva"-- para la formación conservadora y los entes donde gobernaba, alcanzaron la facturación más alta en la historia de la España corrupta.. Esas premisas, avaladas por la investigación judicial en marcha, desembocan en dos únicas conclusiones racionales, a cual peor: o se obtenía, mediante "mordidas", una financiación irregular del partido de marras, o sus dirigentes, al contratar obras y servicios sin cumplir el deber de cuidado, se comportaron como ineptos, permitiendo que el referido Correa, el 'Bigotes' y la compaña se pusieran las botas a costa del erario. Como no cabe otra alternativa a tan turbia cuestión, lo más probable es que el alpinista en las montañas helvéticas, desarrollase, con abuso de confianza, actividades conocidas genéricamente por los actuales fariseos. Unica explicación que no vulnera la lógica más elemental.

* Escritor