Dice ahora Lance Armstrong que era humanamente imposible ganar siete tours seguidos. Y recordamos esa serpiente multicolor de los tours, giros y vueltas a España en los que los últimos de la fila, los ciclistas que casi no podían con su cuerpo, eran mirados con cierta pose despectiva. No es que queramos decir que no se puede ganar una carrera en buena lid pero de ahora en adelante vamos a tener casi seguro que esos últimos van a ser los primeros en juego limpio: nunca se doparon.