Los datos del paro y de la Seguridad Social del pasado mes de noviembre vuelven a ser malos e indican que la reforma laboral --como era previsible-- no está teniendo a corto plazo efectos positivos tan deseados y que España se sumerge en una segunda recesión incluso antes de salir de la primera. El paro subió en 74.900 personas y el total de parados registrados --las cifras de la Encuesta de Población Activa-EPA, que se basa en una acreditada encuesta (una investigación continua y de periodicidad trimestral dirigida a las familias que viene realizándose desde 1964 con la finalidad principal de obtener datos de la población en relación con el mercado de trabajo: ocupados, activos, parados e inactivos; se realiza sobre una muestra de 65.000 familias al trimestre o, lo que es lo mismo, unas 200.000 personas) son peores-- asciende ya a 4,9 millones, el peor dato de una serie histórica que arranca en el año 1996.

Y hay 487.000 parados más --un incremento del 11 por ciento-- que hace un año, cuando Mariano Rajoy ganó las elecciones. Un aumento que duplica el del 2011.

Y los datos de la Seguridad Social que miden la creación de empleo son aún más preocupantes. En el mes de noviembre hubo 200.000 afiliados menos, y el ritmo de pérdida de afiliados ha sido creciente a lo largo de todo el año. Está ya en el 4,2 por ciento, más cerca del descenso del 5,8 por ciento del año 2009 --el peor año para el empleo-- que del 2 por ciento del 2010 y el 1,3 por ciento del 2011. La economía española camina inexorablemente hacia una segunda recesión. Del máximo histórico de 19,2 millones de afiliados en el 2007 hemos pasado a 16,5 millones el pasado noviembre. Casi tres millones de empleos perdidos en cinco años indican que algo no funciona.

Y si el empleo no se recupera, todo el edificio del Estado del bienestar se tambalea. Por eso la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, una organización de cooperación internacional, compuesta por 34 Estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales, fundada en 1960) aconseja bajar las cotizaciones sociales --que gravan la creación de empleo-- aunque para ello haya que subir los impuestos tradicionales.

NUEVO RECORD EN CORDOBA

En lo que se refiere a los datos de Córdoba capital alcanzamos un desgraciado récord: noviembre nos "regaló" 1.231 desempleos que afectaron a otras tantas personas y que sumados a los datos provinciales llegan a 99.824 parados, cantidad que casi alcanza la terrorífica cifra de los 100.000. La única buena noticia que podemos obtener de todo este desánimo en Córdoba es que aunque el paro sube en todos los sectores baja en la construcción, con 562 parados menos. Una gota de optimismo en un océano decepcionante.