El sida en una gran lupa

El sida es una gran lupa: muestra las miserias o grandezas de uno", sostiene la activista argentina y presidenta de una asociación internacional de lucha por los derechos de los afectados por el VIH, Patricia Pérez. Una afirmación la suya con la que tejer cientos de reflexiones en este Día Mundial del Sida de 2012 que las mujeres y los hombres socialistas conmemoramos desde nuestro compromiso y nuestra solidaridad. Celebrando, también, la esperanza que suponen los avances científicos y médicos surgidos en laboratorios y centros sanitarios de referencia como el Hospital Universitario "Reina Sofía", tan próximo a la sociedad cordobesa y andaluza. Así como desde el reconocimiento a las organizaciones y voluntarios que trabajan en el ámbito del VIH-Sida. Y, por descontado, desde la movilización contra los recortes sociales y contra el ataque a la sanidad pública, gratuita y universal que dicta una austeridad desalmada y extrema. En este día los socialistas queremos denunciar la reducción, por parte del Gobierno de España, de un 75 por ciento de las ayudas destinadas a financiar los programas que desarrollan las ONG para la prevención del VIH, pasando de 4 millones de euros en 2011 a 1 millón en 2012, lo que acarrea consecuencias sociales y sanitarias que suponen un paso atrás en los logros conseguidos en la reducción y control de dicha infección. Además no debemos olvidar los efectos que la desaparición del sistema universal de salud aprobada por el PP provoca en nuestro país, con la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes en situación irregular y otros colectivos, y las graves consecuencias que esta decisión está teniendo y tendrá en la salud individual y colectiva de la sociedad española, donde son alrededor de 150.000 personas las que viven con el VIH. En el ámbito internacional, ante el VIH-Sida, como epidemia global y desafío humanitario que exige todos los esfuerzos en materia de prevención, tratamiento e investigación, lucha contra la pobreza y fomento de políticas educativas y de igualdad de género, y para la no discriminación y el cumplimiento de los derechos humanos de los afectados, es preciso recordar que los estados miembros de Naciones Unidas se han comprometido a ofrecer terapia antirretrovírica a 15 millones de personas para 2015, eliminar los nuevos casos de infección por VIH en niños y, entre otros objetivos, reducir también a la mitad el número de muertes por tuberculosis entre las personas seropositivas. Se necesita, por tanto, una movilización ingente de recursos para alcanzar los objetivos de Onusida. Sin embargo, cada vez que se reduce el presupuesto destinado a cooperación internacional, tal y como ha hecho el Gobierno del PP y de una manera drástica, esas metas se vuelven más difíciles y lejanas, al tiempo que esa gran lupa del sida muestra la medida de la débil y menguada solidaridad de los países ricos y de quienes más tienen cuando las circunstancias no son de bonanza y desbordada prosperidad.