Octubre siempre ha deparado sorpresas en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de Amércia. Pero hasta ahora habían sido sorpresas de manufactura humana, es decir políticas. Nunca habían sido obra de la naturaleza.

La aparición del huracán Sandy a una semana de la cita electoral tendrá, sin duda, repercusiones en ella. Serán logísticas y políticas, que afectarán al resultado de la carrera hacia la Casa Blanca, dado el empate actual entre los dos aspirantes a dirigir uno de los enclaves más poderosos del mundo.

Ante el poder destructivo de Sandy , que ha causado más de 30 muertos, que afecta a millones de ciudadanos y que ha obligado a declarar zona catastrófica a los estados de Nueva York y Nueva Jersey, Barack Obama ha tenido que abandonar el papel de candidato para asumir el de comandante en jefe de una nación en situación de emergencia.

LOS ERRORES DE BUSH

Difícilmente repetirá los errores cometidos por su antecesor George Bush cuando el Katrina asoló Nueva Orleans. Al presidente republicano le faltaron todo tipo de reflejos, desde los políticos a los humanos como la solidaridad con las víctimas.

En este punto vale la pena recordar las elecciones alemanas del 2002 cuando la rápida y eficaz respuesta del canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder, ante unas gravísimas inundaciones le aseguró un segundo mandato que le negaban todos los sondeos.

Barack Obama solo puede equivocarse si sobreactúa en sus obligaciones como presidente de modo que pueda percibirse como una forma soterrada de hacer campaña. Su capacidad ejecutiva juega a la contra del candidato republicano, Mitt Romney, que carece de una plataforma operativa en la lucha contra el huracán que le dé visibilidad.

Además, ha tenido que renunciar a parte de la publicidad electoral. Insistir en la campaña en circunstancias catastróficas hubiera resultado contraproducente.

LO IMPORTANTE, DEPOSITAR EL VOTO

Sandy puede también demostrar la necesidad de instrumentos y agencias federales en una situación de grave crisis, algo contra lo que Romney y los republicanos combaten con uñas y dientes en su concepción de un Estado mínimo.

Más allá de la percepción que los votantes tengan de los candidatos en esta crisis, lo fundamental es que puedan depositar su voto. En estos momentos no está claro que puedan hacerse con normalidad en puntos afectados y eso mantiene la incógnita sobre unas elecciones que ya eran muy ajustadas antes de la llegada del huracán.