La notoria debilidad del Estado en su financiación está obligando a los

socios europeos a incumplir sus propios acuerdos porque temen que no podrá devolver lo que le presten. Como tampoco las CC.AA. por mucho FLA que le cuenten. Nadie sensato apuesta por la devolución de sus 18.000 millones; ya surgirán deudas históricas. ¿De donde si no financiarán su gasto incesante? Ya vemos el nuevo récord andaluz con sus bonos basura, pero Griñán tapando lo que puede aspira a sustituir al renovador Rubalcaba. Espectacular.

Menudo panorama con el año que llega, peor que el aún no terminado. Nuestro déficit

público es primario, con origen en la organización territorial, en la concepción del Estado. Sin reforma constitucional urgente, la deuda será cada vez más cara y el pan artificial de hoy será hambre real mañana.

Pero ojo, hay rebelión en marcha aprovechando el depósito de descontentos y resentidos producto de la dislocación institucional que padecemos. El grupo revolucionario se organiza con resentidos y rebeldes. La debilidad del Gobierno y sus errores a pesar de Galicia, no durará más allá de la primavera tras sufrir el acoso antidemocrático de la izquierda radical y de la otra, a la que gusta le hagan el trabajo. Es decadencia, aprovechada por el plural independentismo radical o no que con pelaje variopinto espera turno tras la puerta abierta por el mesiánico charlatán Mas. Pero el nacionalismo reaccionario es como el gas letal en la ocupación del espacio. Expandido el catalanismo llegará el pancatalanismo con imperialistas ramificaciones territoriales.

Y tras el triunfo arrollador del abertzalismo, comenzaremos a escuchar pretensiones

graduales e imparables porque ahora, tras 50 años de repugnante conflicto, se intercambiarán papeles y será el PNV quien haga el trabajo sucio a Bildu. Si lo sabrá Urkullu que procede de la ikastola.

Es la decadencia.

* Ldo.CC.CC. Politicas