La crisis determina el parón de la iniciativa pública --y privada-- hasta un horizonte que hoy francamente parece indeterminado. La situación del hospital Reina Sofía es una prueba evidente de ello, debido a la existencia del plan de modernización previsto desde 2006 y que debería estar ya finalizado. Si, según declaraciones oficiales, la provincia de Córdoba no está necesitada de nuevos hospitales, difícilmente puede entenderse, no ya la promoción de otras iniciativas, sino que incluso éstas sean varias.

En el sector sanitario, como en la práctica totalidad de los sectores, es normal la concurrencia pública y privada y esta última, en el caso de Córdoba, tendrá que ser de calidad, habida cuenta del nivel alcanzado por el hospital Reina Sofía. ¿Está justificada la viabilidad social, económica y financiera de ambos proyectos? He ahí buena parte de la cuestión.

Mientras tanto, la población de la provincia se encuentra estancada, así como su desarrollo y su nivel de renta. Entonces, qué elementos justifican la existencia de estos proyectos. Podría pensarse acertadamente que Córdoba se ha convertido en un importantísimo nudo de comunicaciones, especialmente ferroviarias y, en menor medida, terrestres. La distancia en tiempo a grandes núcleos de población se ha reducido considerablemente y hoy nos encontramos a un tiro de piedra de grandes centros urbanos nacionales y, por ende, internacionales, que pudieran presentar déficits en el sector sanitario de alta tecnología.

Además de los sectores agrario, agroalimentario y otros tradicionales, la vocación actual de Córdoba habría que buscarla en los sectores de servicios, y estos posibles proyectos podrían contribuir a la existencia de una ciudad sanitaria de cara al futuro, con las bases reales y bien contrastadas, ya existentes. Algunas son las reflexiones que podrían hacerse en torno a estas noticias --todavía incompletas o imprecisas--, y que hacen referencia a cuestiones urbanísticas, de viabilidad económica y solvencia financiera, de demanda e integración social y de carácter medioambiental y tratamiento de residuos, entre otras.

En épocas de vacas flacas se entiende que cualquier iniciativa que promueva el desarrollo de la provincia sea bien acogida, siempre que no se trate de otro proyecto fallido en la línea de la genial película de Berlanga. Las zonas en principio previstas para la ubicación de ambos planes --según se lee en la prensa-- presentan grandes posibilidades para el desarrollo urbano y de servicios y, por tanto, parecen bien elegidas. Córdoba, ante un marco de recesión y atonía, reclama hoy, en la práctica totalidad de sus sectores sociales y económicos, inversiones productivas --públicas y privadas- que coadyuven a salir de este duradero impasse . Eso no significa dar por bueno cualquier propósito, si no cuenta con la madurez y la aptitud y actitud necesarias.

* Economista