Al menos así podría calificarse el Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad y todos los comunicados oficiales al respecto. Según el DRAE, eufemismo es una "manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante". Pero también podría calificarse de fraude, que constituye una "acción contraria a la verdad y a la rectitud" o de falacia, en el sentido de "engaño o mentira con que se intenta dañar a alguien", y muchos más apelativos. Para empezar, el eufemismo aparece desde el título en sí mismo, pues indica fomento de la competitividad y para eso se rebajan los ingresos de los de siempre (los empleados públicos) y se encarece el coste de la vida a través de la subida del IVA. Resulta llamativo que el IVA se suba por incapacidad del Ejecutivo para controlar su justa y legal aplicación ("si el IVA lo pagaran más quienes lo tienen que pagar no habría que subirlo tanto", así de clarito lo dejó el señor Montoro). Es decir, como no puede controlar al defraudador se lo endosa a todos, sigan o no las reglas, y cuanto más consumas más mueves la economía, pero más pagas. Durillo de asimilar ¿no? Igualmente llamativo resulta el asunto de la desgravación por la adquisición de vivienda habitual. Cuando la prensa se hace eco de las medidas, lo hace indicando que afectará a las viviendas que se adquieran a partir de 2013, a ver si así mejora la venta de viviendas este año; a título de ejemplo, el diario El Mundo (11/7/12) titulaba "Rajoy anuncia el fin de la deducción por compra de vivienda en 2013" ("A partir de 2013, los nuevos compradores --sea cual sea su renta-- no podrán desgravárselas en el IRPF"); y en la misma fecha, en RTVE.es "El Gobierno elimina la deducción por vivienda seis meses después de recuperarla. El presidente Mariano Rajoy ha anunciado que los que adquieran una casa a partir de 2013 ya no podrán deducirse la hipoteca del IRPF"; y así toda la prensa. Sin embargo, cuando el sábado se publica el dichoso RD-ley, efectivamente puede leerse esta medida contra su promesa pero también que "se suprime en el período impositivo 2012 la compensación fiscal por deducción en adquisición de vivienda habitual aplicable a los contribuyentes que adquirieron su vivienda antes de 20 de enero de 2006". Y este segundo aspecto no parece que fuera anunciado en las comparecencias, o los reporteros no lo captaron, y esto me parece más raro. Por si fuera poco, para continuar con el eufemismo de "fomento de la competitividad", el citado RD-ley deroga una serie importante de normas para potenciar el empleo y otras que afectan a la I+D+i tanto pública como privada. Así, se deroga la Disposición adicional segunda del RD 63/2006, de 27 de enero, por el que se aprueba el Estatuto del personal investigador en formación, disposición que trata de "Bonificación en la cotización por el personal investigador en formación" (establecía una bonificación del 30 por ciento de la cuota a la Seguridad Social en la cotización relativa a este personal); también se deroga el RD 278/2007, de 23 de febrero, sobre bonificaciones en la cotización a la Seguridad Social respecto del personal investigador (lo que se había dispuesto porque, como se cita en su preámbulo, había funcionado en otros países de la UE y cuyo objeto era el establecimiento de una bonificación del 40 por ciento en las aportaciones de las empresas a las cuotas de la Seguridad Social del personal investigador en exclusiva); consecuentemente, también se derogan las "referencias a las bonificaciones contempladas en el RD 1432/2003, de 21 de noviembre, relativo a aplicación e interpretación de deducciones fiscales por actividades de investigación y desarrollo e innovación tecnológica en las empresas". Por cierto, este RD tiene un preámbulo sobre la necesidad de impulsar la I+D+i en las empresas que suscribiría cualquier científico y fue promulgado siendo vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de la Presidencia don Javier Arenas Bocanegra.

En fin, que la han tomado con los empleados públicos y se está creando animadversión social contra ellos, pero que conste que tenemos relativamente como Alemania y menos que Francia, pero les ganamos en número de políticos y posiblemente de chorizos (y en deportes). Y siendo esto grave, más aún es que se eliminen las bonificaciones fiscales por actividades de I+D+i a organismos públicos y empresas privadas, y que ocurra en un país en el que la investigación pública y el esfuerzo de gobiernos anteriores nos habían encaramado a un decoroso 9º puesto mundial y en el que no había acabado de despuntar la investigación privada a niveles de la eurozona; el problema será cuando se intente salir de este agujero, entonces el esfuerzo adicional necesario será caro y prolongado.

Mientras tanto, la reforma estructural de la administración política sigue pendiente sine die.

* Catedrático de la UCO