¿Es el 32 Festival de la Guitarra el "Festival de la crisis"? No, al menos en la variable oferta. Esta edición del Festival de la Guitarra presenta el mismo número de conciertos, de cursos y de actividades complementarias que la edición anterior (incluso hay alguna master class más). Hemos logrado sortear la ineludible restricción presupuestaria con una mejor calidad en la gestión y el resultado no se ha resentido hasta el punto de habernos permitido incluso alguna innovación.

De las distintas formas de explicar y acercarse al Festival, por espacios, por estructura interna o por estilos, elegimos en este momento el último parámetro: por estilos. El Festival presenta tres estilos bien definidos (clásica, flamenco y jazz) y un cuarto para otras músicas. El bloque de clásico presenta los siguientes números: 13 conciertos y 5 cursos. Aquí se incluyen todos los conciertos a celebrar en el Teatro Góngora (conciertos de solistas y de cámara) y los dos conciertos orquestales del Gran Teatro. Volveremos a contar con figuras como Gallén, Barrueco, Gismonti, Luis Delgado, Fisk o la Orquesta de Córdoba. Será en este apartado en el que tendrán lugar varios estrenos, muy en particular: Concierto de Córdoba , compuesto expresamente por Tomás Marco. Es ésta una iniciativa que nace con vocación de perpetuarse con el objetivo de incrementar el patrimonio musical ligado a la guitarra.

El Flamenco Patrimonio de la Humanidad, el que originara nuestro Festival, tiene presencia destacada tanto en cursos cuanto en conciertos y espectáculos. A la cabeza del profesorado encontramos a Manolo Sanlúcar y a Javier Latorre, por poner un solo ejemplo de guitarra y baile. El Gran Teatro es el escenario elegido para oír a José Antonio Rodríguez y el Niño de Pura a la guitarra o ver el baile de Mercedes Ruiz y el Ballet de Andalucía; finalmente, el Teatro de la Axerquía dará cobijo a la voz y la maestría inigualable de Miguel Poveda.

El territorio del jazz se concreta en cuatro puntos cardinales, un 4x4: cuatro clases magistrales y cuatro conciertos. John Scofield, Kurt Elling, Robben Ford y un cuarteto tunecino, como perla exótica, componen el cartel de conciertos.

Por último, la canción de autor, el pop, el rock y el folk estarán presentes en el Teatro de la Axerquía, seguramente su lugar más natural, al aire libre, a la luz de la luna. Abren el fuego los pájaros Serrat-Sabina y lo cierran, clausuran el Festival, la legendaria banda Jethro Tullæs con Ian Anderson de líder absoluto. Por medio, los sonidos celtas de LuarNaLubre o el mejor pop de los zaragozanos Amaral. Con estos y otros mimbres hemos construido esta edición del Festival 2012. Si comenzábamos este artículo aludiendo a la cantidad ahora, en el final, tenemos que afirmar sin rubor que la calidad --como siempre-- es una seña de identidad irrenunciable de este Festival, más allá de la espectacularidad de tal o cual nombre, es el conjunto, la tensión entre los puntos de su estructura lo que le otorga su fuerza.

Una mención a los creadores e intérpretes cordobeses merece la pena; Córdoba no solo asiste como espectadora privilegiada sino que aporta sus propios hilos a este evento. Y lo hace con profesores y con conciertos; con solistas, grupos de cámara o formaciones orquestales; en la vertiente clásica o flamenca, en la guitarra y en el baile. La Orquesta de Córdoba y la Joven Filarmonía Leo Brouwer, la guitarra versátil, flamenca y fronteriza de José A. Rodríguez, el magisterio de Latorre y la atrevida sensibilidad del dúo AMMA con el baile de Amores.

Si quedan tiempo y ganas, en la previa de los conciertos podemos asistir a la exposición "Cuerdas insólitas" (Teatro Góngora) o a las Jornadas de Estudio sobre Historia de la Guitarra, dedicadas a Sabicas (Vimcorsa).

Aquí queda la oferta. Ahora toca entrar en juego la demanda, es decir, la asistencia de espectadores. Pese a la crisis --o quizás por ella misma, un festival que actúe como bálsamo de Fierabrás-- confiamos que el conjunto del programa tenga suficiente atractivo para los ciudadanos de Córdoba y quienes se acerquen a compartir un año más la gran fiesta de la guitarra, el mejor festival del mundo en su materia. Porque el Festival genera arte y cultura, ilusión y sentimentalidad, identidad y promoción de ciudad, y también economía y puestos de trabajo. Como cada julio desde hace más de 30 años la guitarra y Córdoba se tañen mutuamente. Seamos sus mejores anfitriones.

* Gerente del IMAE. Director del

Festival de la Guitarra